«No trataron de callarnos, sólo llevamos nuestro duelo a nuestra manera»

Tras cumplirse casi dos meses de la muerte Matías Emanuel Morales, el joven jujeño de 25 años que falleció tras caer por el hueco de un montacargas cuando se encontraba trabajando en la sucursal que el supermercado Coto tiene frente al jardín Botánico, en Capital Federal, su madre en un desesperado pedido de justicia, relató lo hechos a través de un escrito en Facebook.

La víctima tenía 19 años, era padre de un bebé de un mes y realizaba tareas en la verdulería del comercio. Luego del hecho, compañeros y ex compañeros del trabajador se lamentaron por el hecho y denunciaron en las redes sociales inhumanas condiciones de trabajo.

Su madre, envuelta en un profundo dolor y con la impotencia de faltas de respuestas por parte de la empresa escribió lo siguiente:

«Hoy decidí contar como sucedieron las cosas y la insensibilidad de la empresa ante dicha situación.El 1 de diciembre mi hijo sufre el accidente a 22:45 y fuimos comunicados a las 00:45 por una cajera la cual nos llevó al sanatorio Zabala sito en Av.Cabildo 1295. Al llegar se encontraban personal de coto, aproximadamente diez personas. Se nos hacerco el médico laboral de la empresa el cual nos dio el parte médico y nos dirigió a la Guardia. Matías había sufrido un traumatismo de cráneo al caer 20 metros de altura al vacío por lo cual en ese momento lo estaban entubando por que unos de sus pulmones había aspirado sangre.

La doctora de guardia nos informó que su estado era muy grave y que lo iban a pasar a cuidados intensivos y que un neurocirujano lo iba a revisar. Al preguntarle al médico laboral que había pasado nos respondió que el personal que se encontraba afuera nos iba a responder pera ya no se encontraba ni uno para darnos respuestas. El neurocirujano nos dijo que aparentemente, Matías presentaba una muerte cerebral. Al sentirme devastada por la noticia me retiran al de la sala y al recuperar valor para entrar a verlo, vimos a mi hijo entubado y con muchos aparatos pero en ningún momento nos plantearon que lo debíamos desconectar. Al retirarme de la habitación, una mujer de nombre Adriana Rodriguez se nos acercó en representación de recursos humanos de la empresa de Coto a preguntarnos donde lo íbamos a velar por que el sanatorio tenía un lapso de tiempo para tenerlo. A medida que pasaban las horas se iba notando más la ineficiencia del personal de Coto por que Matías había ingresado al sanatorio como NN, no tenían ningún dato de el registrado.

Decidimos buscar asesoramiento ante tal situación tuvimos que buscar nuestros propios medios para hacer la denuncia, pero un policía nos informó que ya había un perito y que había intervenido un fiscal cuando quisimos hacernos presente para retirar las cosas de Matías esta mujer Adriana nos entregó las pertenencias y nos informó que no se encontraba nadie en el hipermercado. Desde ese instante todos desaparecieron y a las 17 horas del día sábado se presentó una psiquiatra y el médico laboral acompañado de tres personas más, Eduardo Bufaro, Gustavo Masini y otro que no recuerdo el nombre. Ellos, supuestamente nos iban a explicar que había pasado con Matías pero sólo dijeron incoherencias. Nos ofrecieron un hospedaje para quedarnos, comida y todo lo que ellos considerábamos que necesitábamos en ese momento», dando la más absurda de las explicaciones. Dijieron que los que le pasó a Matías fue por que el debía haber dejado de hacer su trabajo, poque el debía retirarse a las 22:30 y el accidente fue a.las 22:45.

Nosotros como padres queríamos saber pero no nos dieron respuestas y nos dejaban un cadete para lo que fuera necesario pero resultó ser un personal de «seguridad. El día sábado el hipermercado abrió sus puertas como si nada hubiese pasado…

Yo me pregunto ahora si ya había una causa y un fiscal por qué se permitió abrir las puertas del hipermercado. El domingo fueron despedidos los gerentes; encargados y cambiados de sucursales los compañeros de Matías. El lunes seguía el parte médico de mi hijo. Aunque había una muy leve mejoría, nosotros veiamos que todo el personal a cargo de Matías hacían todo lo posible, pero el Dr.Pablo Gutiérrez nos informó que más no se podía hacer. El día lunes ya acompañados de nuestros familiares llegados de Jujuy, nos enteramos que los repositores externos de la misma sucursal, por un compañero de Matías que lo hizo viral en la redes sociales – que fue despedido de la sucursal- y por un solo compañero que se animó llegar al sanatorio a pesar que ya habían sido advertidos, que el montacargas ya había sido denunciado por el mismo personal por que ya había fallecido una persona y que en algunas ocasiones el mismo personal se quedaba enganchado de la manija del montacargas colgando su cuerpo al vacío. Todo esto se informaba al señor gerente Fernando Marcos y al sindicato periódicamente en una reunión que había entre ellos.

El montacargas en el momento del accidente no contaba con luz y lo debían cargar y el repositor bajar corriendo por las escaleras para recibir la mercadería. Al escuchar todas estas declaraciones supimos que no había sido un accidente pero todo no terminaba aquí, al fallecer Matías el 6 de Diciembre a las 22 horas como decidimos no donar sus órganos nos hicieron esperar desde esa hora hasta el mediodía del día siguiente. El cuerpo de Matías se pudo retirar el día 13 de diciembre por temas burocráticos que tiene la cuidad de Bs.As. Sin embargo, tampoco pudo llevar el día acordado a Jujuy ya que la empresa de sepelios Funarg S.A no llegó a horario al aeropuerto. Como fueron días de angustias de dolor y decepción ante tanta insensibilidad y respeto hacia la familia, los restos recién se inhumaron el día 15 de diciembre.

Pudieron callar los medios de comunicación sin contar a Crónica que fue el único medio que estuvo en la puerta del sanatorio y la revista Sudestada pero quiero aclarar que Matías era un verdadero laburante y no pertenecía a ningún partido político por que siempre fue su pensamiento al igual que nosotros que no depende de un gobierno para salir adelante. Desde muy joven trabajó por sus sueños siempre luchó sólo. Vino a Bs.As en busca de un futuro mejor para su hija, murió trabajando por ella y para ella. No tengo la menor duda de que su últimos pensamientos fue su hija. No nos callaron ni a mí ni a su papá, sólo tratamos de ponernos de pie y seguir esta lucha. No vamos a dejar esto en la nada en el lugar que estemos sea cual sea vamos a luchar hasta ver que se hizo justicia por nuestro hijo por que ya hay abogados de nuestra parte y estamos como querellantes en esta causa penal. Los responsables deberán cumplir una condena y se hará justicia por nuestro ángel.

Es imposible sobrellevar este dolor,el 28 de este mes mi hijo debería estar cumpliendo 20 años y no lo tengo por una negligencia de parte de una empresa o de dos. Por eso hijito, mi ángel donde estés se que nos darás las fuerzas para sobrellevar este dolor ya nada es lo mismo, te llevaste contigo parte de nosotros y nos dejaste parte de ti que es tu hija… Siempre te llevaré en mi corazón y pensamientos…».

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