La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, finalmente enfrentó directamente la campaña en su contra con la que se pretende hacerle juicio político, y en un discurso que dio ante la Confederación Única de Trabajadores (CUT), denunció que la oposición está organizando un «golpe de Estado» en su contra, y que el pueblo se debe movilizar para impedirlo. La oposición comenzó a organizar para sacarme del cargo «al día siguiente de que ganamos las elecciones», en octubre del 2014, afirmó, «con el fin de llegar al poder por medio de un golpe de estado en contra del funcionamiento de las leyes y las instituciones».

Dilma fue rotunda al señalar que “esa oposición opera bajo el principio de que, mientras peor esté la gente, mejor para ellos. Lo peor es que están difundiendo odio, diseminando intolerancia para crear una ola que de alguna manera recorte mi período en el cargo», enfatizó.

“Batalla final”

Según lo recuerda el sitio larouchepc.com, el Financial Times de Londres escribió, en la víspera de las elecciones brasileñas de octubre del 2014, que ellos veían las elecciones nada menos que como una «guerra: la batalla final por el control del segundo mercado emergente más grande del mundo y de las vidas de más de 200 millones de personas». En ese entonces el semanario EIR escribió que lo que impulsaba al imperio británico a llevar a cabo esa «guerra» era el papel que juega Brasil en el proceso del Brics, el cual Dilma Rousseff defiende y sus adversario no.

Sin embargo, Rousseff, en sus declaraciones recientes, olvidó mencionar el papel que ha jugado su gobierno para echar a andar la ofensiva global del Brics en la cumbre de Fortaleza, Brasil, en el 2014, ni tampoco hizo el contraste entre su compromiso a esa política y la campaña virulenta de la oposición para hundir a Brasil junto con el sistema financiero transatlántico. Ese resbalón estratégico –dice larouchepac.com– , que cometió Rousseff, en su combativa defensa de Brasil, podría llegar a ser la diferencia entre la victoria y la derrota”.

Será enjuiciada ?

A un año de que Rousseff fuera electa, el procedimiento para el juicio político sigue su marcha. El 9 de octubre, el Tribunal de Cuentas de Brasil presentó su fallo al Congreso, que dice que el gobierno brasileño cometió el delito de violar las leyes del déficit presupuestario, al tomar presuntamente préstamos de bancos estatales para cubrir los déficits; la comisión del Congreso encargada del caso tiene hasta 40 días para revisar el fallo; se permiten hasta 30 días después de los 40 para introducir enmiendas. Si el Congreso ratifica este fallo, la presidente puede ser enjuiciada políticamente por cometer ese supuesto delito.

Los planes anunciados por el presidente de la cámara baja, Edward Cunha, el pasado 13 de octubre, para iniciar el proceso de enjuiciamiento por otras acusaciones, se congelaron temporalmente en el último momento cuando el partido de Rousseff, el PT, solicitó y consiguió un amparo de la Suprema Corte que señaló que los procedimientos de Cunha violan la Constitución.