Este viernes, el fiscal Florentino Malaponte pidió el sobreseimiento de Iván F., acusado de apuñalar a su esposa y a su hija de 2 años el 24 de octubre pasado en Barrio Acíndar. La razón del pedido fueron los resultados arrojados por la junta médica, que dictaminó que el imputado “no tiene capacidad mental para comprender el hecho que cometió ni está en condiciones de afrontar un proceso penal”.

La audiencia, celebrada este viernes en los Tribunales Provinciales ante el juez penal Héctor Núñez Cartelle pasó a cuarto intermedio para que el magistrado pudiera considerar toda la complejidad del caso e interiorizarse en la lectura de los informes, para entender acabadamente la patología que el acusado padece”.

El fiscal Malaponte pidió el sobreseimiento en la causa que se le sigue en la Justicia Penal y solicitó que el proceso continúe en la Justicia Civil, para que se determine su grado de incapacidad. A pesar de que no hay dudas de que Iván F. fue el autor material de los homicidios, el funcionario judicial entendió que, según el informe de la junta médica, “no puede ser imputado por no comprender la materialidad de los hechos que cometió ni el examen médico al que fue sometido”. Los estudios arrojaron como resultado que padece “desorganización del pensamiento y alucinaciones”, con riesgo de volverse crónicas. Además, hicieron saber que existe la posibilidad de que manifieste tendencias suicidas y que “el cuadro que presenta es difícil o imposible de simular”, por lo que recomendaron que sea internado en un nosocomio.

El pedido de Malaponte tiene por fin que se determine el grado de incapacidad que el joven padece y sea internado en un establecimiento psiquiátrico donde no ponga en riesgo su integridad física ni la de terceros. El defensor público que representa a Furiasse no planteó ninguna objeción y Malaponte hizo saber que la familia de las víctimas estaban al tanto de todo el proceso.

Pese a esto, el juez Núñez Cartelle resolvió pasar a un cuarto intermedio antes de resolver, por considerar que “dada la complejidad del caso resultaría apresurado resolver sin adentrarse ni interiorizarse en la lectura de los informes, para entender acabadamente la patología que el imputado padece”.

Iván F. sufrió un brote psicótico el día que mató a su esposa y a su hija, pero no fue la primera vez que le pasó. En enero del año pasado ya había sido internado durante dos meses por un episodio similar. Los médicos que lo atendieron antes de que cometiera el doble homicidio declararon de que cuando lo iban a visitar al domicilio los atendía a los abrazos y diciendo incoherencias. Además, su jefe y compañeros de trabajo de General Motors dijeron que tenía “conductas raras”, lo que llegó a ser motivo de licencia laboral.