La zona de El Mangrullo sufre los embates de las periódicas inundaciones, lo que provoca diversas dificultades para los vecinos del lugar. La preocupación más grande son las enfermedades que acarrea la crecida del río. Debido a que surgen camalotes, y con ellos, diversos insectos que traen enfermedades, como ratas o víboras. Por otro lado, la humedad socava las paredes de las casas y genera enfermedades, sobre todo a los más pequeños.

En el dispensario municipal del lugar se ocupan de la parte que tiene que ver con la salud de los habitantes, Pero Defensa Civil, cuentan que hace varios días que no aparece. Conclusión estuvo en la zona y dialogó con la gente que sufre cada día las complicaciones de la crecida del agua.

«Mis hijos están con broncoespasmos debido a la humedad. En el centro de salud hay asistencia pero cómo se van a curar si vivimos con humedad. El agua la tengo en la puerta de la pieza de los chicos. Están los camalotes y suben las víboras», comenta una madre del lugar. «Tenemos que convivir con los bichos y el olor es nauseabundo», relata crudamente un vecino.

Los vecinos comentan que anteriormente Defensa Civil se acercaba a ayudarlos y a facilitarles lo que necesitaban, pero ahora ya casi no pasan. Un vecino cuenta que le acercaron algunos artículos de limpieza, mientras que otra consultada comentó que desde el municipio le dieron un inodoro, ya que su baño estaba en condiciones inutilizables. Los habitantes de El Mangrullo, unas 80 familias, reclaman, paradojicamente, agua por sobre todas las cosas, leche en polvo, elementos de limpieza, repelentes de mosquitos y veneno para ratas.

«El Mangrullo es como una isla, entonces está olvidado. Lo único que existe son el dispensario y los clubes, por lo demás, está olvidado», dice con resignación una vecina.

Entrevistas: Osvaldo La Spina

Fotos y video: Salvador Hamoui