Estados Unidos quiere reconocer a Jerusalén como la capital «indivisible» de Israel, al mismo tiempo que la administración de Donald Trump planea trasladar su embajada a esta ciudad en el futuro, según The Wall Street Journal.

En este sentido, actualmente todas las misiones diplomáticas extranjeras se encuentran en Tel Aviv, donde también está ubicada la sede del gobierno israelí, según informó el diario Actualidad RT mediante una nota publicada este viernes.

El medio indica que las autoridades estadounidenses habrían empezado a notificar a las embajadas de otros países este plan para que los diplomáticos informen a los gobiernos de sus países y se preparan ante posibles protestas. Dichos planes aún no se han hecho oficiales.

Otros fuentes anónimas en Washington señalan que el traslado la Embajada podría ser postergado, a diferencia de la decisión de reconocer a Jerusalén como capital, según The Chicago Tribune.

La cuestión de la capital del país es objeto de controversias. Una de las leyes fundamentales de Israel, la llamada Ley de Jerusalén, proclamó en 1980 como capital del país a la ciudad de Jerusalén «entera y unificada». Sin embargo, la ley no es considerada válida fuera del país, ya que la comunidad internacional reconoce solo la autoridad israelí sobre Jerusalén Oeste, siendo Jerusalén Este la capital del estado de Palestina.

Aunque el Congreso de EE.UU. aprobó en 1995 la ley, que obliga a trasladar a Jerusalén la Embajada estadounidense de Israel, las distintas Administraciones se abstuvieron de ponerlo en práctica.

La última decisión sobre la ubicación de la Embajada de EE.UU. en Israel fue tomada el junio pasado, cuando el presidente Donald Trump firmó un memorándum requiriendo que la misión diplomática permanezca en Tel Aviv durante al menos seis meses más.

Las controversias relacionadas con Jerusalén se remontan a los tiempos de la Guerra de los Seis Días, en 1967, una de cuyas consecuencias fue la declaración de la soberanía israelí sobre Jerusalén Este y Cisjordania.