El papa Francisco aseguró hoy durante su regreso a Roma tras un viaje oficial a Suecia de un día, que «no es humano cerrar las puertas a los refugiados» y remarcó que es una actitud que «a la larga se paga políticamente».

«No es humano cerrar las puertas, no es humano cerrar el corazón a los refugiados», aseveró el Pontífice en conferencia de prensa al regresar a Roma desde Suecia.

«A la larga se paga políticamente, como se puede pagar políticamente una imprudencia en los cálculos si se reciben más de cuantos se puede integrar», sostuvo.

«Los gobernantes deben ser muy abiertos a recibirlos, pero también hacer el cálculo de como poder sistematizarlo. Porque a un refugiado se lo debe no solo recibir sino también integrar», sostuvo.

De todas formas, el Pontífice pidió distinguir entre migrante y refugiado. «El migrante debe ser tratado con ciertas reglas porque migrar es un derecho, pero un derecho muy regulado».

«El refugiado viene de una situación de guerra, de hambre, de una situación de angustia, terrible. Y el estatus de refugiado necesita más cuidado, más trabajo. Y en esto también Suecia fue siempre un ejemplo», subrayó al regreso del viaje a Lund y Malmö para conmemorar los 500 años de la reforma de Martín Lutero junto a la Federación Luterana Mundial.