Los presidentes de EE.UU. y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, respectivamente, se reunieron por primera vez este viernes al margen de la cumbre del G20.

La reunión entre ambos políticos se celebró a puertas cerradas, si bien ambos hablaron minutos antes de su encuentro en la ciudad alemana de Hamburgo, donde se encuentran para participar en la cumbre del Grupo de los 20 (G20), en una conferencia de prensa conjunta.

En clara señal de que Trump no compra aún el G-2 de EUA y China –el mismo día que el zar Vlady Putin recibía al nonagenario Henry Kissinger en el Kremlin–, el controvertido presidente empresario arremetió en forma feroz contra la mendaz conductora Mika, hija del recién fallecido Zbigniew Brzezinski quien pregonaba desde su patológica rusofobia la alianza de EUA y China contra Moscú.

Si algún día se gesta un G-2, éste será de Rusia y China contra EUA. Trump elevó la puja hostil contra China en tres áreas sensibles: venta de armas a Taiwán por US$1,400 millones; inculpación de la irresolución del contencioso nuclear de Corea del Norte y el envío del Destroyer USS Stethem al Mar del Sur de China.

Las amenazas de Trump al mandarín Xi parecen haber concluido la luna de miel de ambos. Antes de la Cumbre del G-20 en Hamburgo, la visita del mandarín Xi a Rusia y Alemania es con el fin de “estimular la cooperación económica global”.

Es absurdo pretender que China resuelva el contencioso de Corea del Norte cuando desde Bush, pasando por Obama hasta Trump, los mandatarios de EUA han empeorado su relación con Pyongyang. Ahora Trump busca que el mandarín Xi resuelva los errores de EUA.

En espera de una cumbre trilateral de China, Alemania y Rusia, DT aduce que “China y Rusia tienen que lidiar con EUA, que atraviesa una crisis que no es menos que una guerra política”, ya que “Trump es notoriamente impredecible, pero el mayor tema es que EUA pueda convertirse inestable politícamente, en desafío inmenso para todos y tensado con muchos peligros cuando “China y Rusia deberán colaborar sobre un nuevo orden continental y reducir el dominio de EUA en el “gran tablero de ajedrez euroasiático” de Zbigniew Brzezinski”.

Hoy “China es el principal socio comercial de Rusia, y Rusia es la mayor fuente para China de maquinaria de punta y alta tecnología”.

Global Times sentencia que “la Asociación sino-rusa se consolida en medio de los lazos inciertos con EUA” cuando “las contorsiones y vueltas en la relación de China y EUA proveen un contraste con la estabilidad de largo plazo de las relaciones de China y Rusia. Quizás muchos en China pensarán que EUA es un socio poco confiable, mientras China y Rusia son amigos verdaderos”. Lo más impactante es el cronograma de las frecuentes reuniones del mandarín y el zar: “desde que llegó al poder Xi visitó Rusia seis veces, mientras Xi y el presidente ruso Vladimir Putin se han reunido 21 veces”.

Para Global Times “la relación de China y Rusia es el factor más significativo en el presente equilibrio estratégico global”.

Durante las “Lecturas Primakov”, el muy solvente canciller ruso Sergey Lavrov asentó que “es imposible hablar de un escenario en el que EUA y China se unirán contra Rusia” o que “Rusia y China se enfrentarán a EUA”.

Lavrov exclamó el anhelo del nuevo orden tripolar: “Creo que es todavía posible comprender cómo nuestros tres países (Rusia, China y EUA), dada su influencia en los asuntos mundiales y en la economía mundial, son capaces de ayudar a enfrentar los desafíos globales”. Agregó que las relaciones de Rusia y EUA son cruciales para el resto del mundo, sobre todo en materia de “estabilidad estratégica” y “crisis regionales”, cuando “el presente estado anormal de esas relaciones fueron secuestradas por la lucha doméstica del poder en EUA”.

El mundo será tripolar o no lo será: con respeto a las respectivas esferas de influencia y sin pisoteo a las soberanías ajenas, si es que no desean desembocar en una guerra nuclear que aniquilaría al género humano.

 

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