Un joven de 18 años fue internado en terapia intensiva tras ser golpeado brutalmente por una patota de rugbiers adolescentes del Club San Fernando dentro del boliche Caix, en la zona de la Costanera, durante una fiesta de egresados, según denunció su familia.

Se trata de Joaquín Mieres, quien juega en el Delta Rugby Club y había concurrido junto con dos amigos a la fiesta de egresados de uno de ellos cuando fue abordado por una patota de 10 rugbiers de la categoría menores de 17 años, que le dieron «una tremanda paliza».

Santiago Mieres, el padre del joven agredido, denunció el episodio a través de su cuenta de Facebook, donde subió una foto de su hijo en terapia intensiva, además de mencionar que los agresores también golpearon a un amigo de su hijo.

«Este es Joaquín, mi hijo mayor de 18 años. Para los que no lo conocen Joaco es un gran chico, educado, solidario, amigo de sus amigos, familiero, estudiante, sano, super sano, todo lo que uno sueña ver de sus hijos cuando crecen», escribió el padre.

En el texto detalló: «Ayer, su íntimo amigo Facu, lo invita a su fiesta de egresados en Caix, hasta ahí nada del otro mundo, no?? Normal para un chico de 18 años».

«Estando tranquilos, Joaco, Facu y Tincho, solo los tres dentro del boliche, se les acercan 10 jugadores de la M17 del Club San Fernando de Rugby y les dan a Joaco y Facu, tremenda paliza. ¿Por qué?, no lo sabemos», continúa el relato.

El hombre mencionó que su hijo logró hablar con la madre, le contó lo que había pasado y decidió irse de la fiesta, avisándole que se iba tomar un remise de vuelta a casa.

«Cuando corta, ve que se acercan los 10 hijos de puta que lo habían atacado antes más otros cinco o seis más. Volvieron a atacarlo a trompadas, patadas, tanto a Facu como a él. Lamentablemente, una de las trompadas que le dieron, desde atrás, acción bien de cobarde, le pega en la base del cráneo por lo que lo deja inconsciente y tirado en el piso», indicó.

En referencia al estado de salud de su hijo, el padre de Joaquín solo señaló que se encuentra en «terapia intensiva».

Por otro lado, el hombre hizo un llamado a los dirigentes y a los padres a tomar cartas en el asunto y defender los valores que enseña el rugby como deporte.

«Mucho se habla sobre la violencia en el rugby, las acciones de unos pocos que ensucian y desprestigian un deporte que da mucho más que lo que saca, pero estoy convencido de que si entre los dirigentes y los padres no se logra encausar a los chicos violentos, hablándoles de que ser un equipo no es lo mismo que ser una patota, el deporte está condenado», dijo.