Luego del resonado conflicto que tuvo lugar en la zona porteña de Once entre manteros y el Gobierno de Buenos Aires, Rosario comienza a tomar su rol protagónico, con vistas a evitar que ocurra lo mismo en la ciudad. Desde el Sivara (Sindicato de Vendedores Ambulantes), conducido en Rosario por Beto Riba, propusieron generar un marco regulatorio en las ferias rosarinas “para evitar conflictos innecesarios, como los que sucedieron en otro lugar de Argentina”.

En declaraciones al diario El Ciudadano, Riba sostuvo que “urge legislar cuanto antes en beneficio de los compañeros vendedores” y que “el Ejecutivo Municipal no puede permanecer ajeno a esta penosa situación”, en relación a que los trabajadores de su sindicato “transitan sus horas laborales en pésimas condiciones, sin luz, sin baños, sin ningún tipo de servicio esencial”.

“Nosotros velamos por los derechos de nuestros representados, pero también por sus obligaciones, porque vivimos en democracia y nos sometemos a la ley”, finalizó el además cantante de cumbia.

En respuesta, Fabio Acosta, presidente de la Asociación Casco Histórico de Rosario, dialogó con Conclusión y aseguró que desde el ámbito político municipal “el tema está tomado”, ya que “el Concejo hace un año viene trabajando junto al municipio en la formulación de una ordenanza específica para regular estos espacios y de alguna manera darle un marco de legalidad y representatividad ante la sociedad”.

“Ahora se está haciendo un relevamiento general de todas las ferias para saber su situación, qué cantidad de feriantes tenemos. Entonces el tema está tomado ya, de ninguna manera no tiene cabida en la política municipal”, dijo Acosta.

Al respecto, el titular de la Asociación Casco Histórico sostuvo que la ordenanza sobre las ferias está en proceso y cree que a mitad de año va a salir, aunque no cree que “los feriantes necesiten de ningún tipo de representatividad y mucho menos de un sindicato, porque están bastante bien organizados ellos”. “Inclusive algunos que se han acercado al concejo tienen la voluntad de hacer una ONG o una cooperativa de trabajo”, agregó.

En cuanto a los pasos a seguir, sostuvo que verán cómo siguen la cosa porque “forzar toda esta preocupación” surgió a raíz de la propuesta de Buenos Aires de pagar un sueldo de 11.700 pesos por dos meses a unos 700 feriantes.

“Esa propuesta viene de una entidad empresaria que está representada acá en Rosario, lo que a nosotros nos da mucho temor porque los manteros de aquí, anoticiados de lo que están viviendo allá sus colegas, van a querer también y en todo su derecho cobrar ese dinero, por lo que de alguna manera se puede ver reforzada la presencia de manteros para hacer presión a esta entidad y cobrar ese dinero”, detalló Acosta a Conclusión.

No obstante, cree que es posible ya que la Came (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), que se hace cargo del subsidio en Buenos Aires, es una entidad orgánica, y cree que “si la ciudad de Buenos Aires dio ese beneficio y Rosario lo reclama no va a haber problema”.

“El problema está en el padrón que se presente acá, porque acá es bastante anárquico todo y entonces no sabemos cómo se va a manejar la contraparte. Puede haber alguna suerte de conflicto, en Buenos Aires hay porque no entraron todos en el padrón. Hay gente que está disconforme porque no se puede pagarle a todo el mundo”, continuó Fabio Acosta.

En Rosario, actualmente se estima que hay alrededor de 4.000 vendedores callejeros. “Si vos multiplicas ese número por 12 mil pesos, es una cifra muy onerosa y que es insostenible en el tiempo. Además, es una cifra que no resulta beneficiosa a la larga para ningún tipo de vendedor. Ellos van a volver a vender porque realmente no les va a alcanzar para seguir viviendo con eso, y me parece que el remedio es peor que la enfermedad”, concluyó.

La ordenanza que hoy día regula la venta callejera es la 77.03, que da la posibilidad de otorgar permisos precarios de renovación anual a personas que se desempeñan en la vía pública para vender productos de diverso origen.

“Nosotros esa ordenanza la respetamos porque fue voluntad del concejo y porque fue una salida importante en la crisis del 2001. Esa ordenanza sigue vigente y es estable el staff de vendedores ambulantes que hay a la fecha”, afirmó Acosta, que de igual manera aseguró que está en desacuerdo “con muchos puntos de la ordenanza, como por ejemplo los lugares designados para vender, el hecho de aceptar que esté regenteado por personas que no son vendedores ambulantes… esos son temas a debatir”.

Beto Riba, por su parte, finalizó su entrevista con El Ciudadano asegurando que la venta ambulante “es una actividad muy vapuleada, en la que lamentablemente está todo por hacer”. “Por eso, vinimos justamente a llenar ese vacío, vinimos a dar dignidad al trabajador”, cerró.