Este lunes por la noche un cinematográfico tiroteo tuvo lugar en el barrio porteño de Parque Chacabuco entre dos ladrones y los custodios del testigo protegido Leonardo Fariña, quien había decidido pasar su noche comiendo pizza en casa de un amigo. El resultado de la intensa balacera, que la Policía estima superó los 100 disparos, fue de un ladrón muerto y uno de los prefectos que ejercían de custodia herido.

Según el relato del mismo Fariña, mientras estaban comiendo, escuchó disparos y se asomó al balcón del departamento dónde se encontraba. Desde allí pudo ver que uno de los protagonistas del tiroteo era parte de su custodia.

Según las fuentes policiales, se trató de un robo «al voleo», y los ladrones tuvieron la mala suerte de querer hacerse con un auto que estaba custodiado por cinco personas, dos de ellos se encontraban dentro del auto en cuestión y otros tres, en un vehículo estacionado detrás.

El hecho ocurrió el lunes último cuando un prefecto vestido de civil se hallaba junto a un compañero dentro de un auto Ford Focus detenido frente al edificio ya que tenían asignada la protección de Fariña.

En ese momento, junto a ellos se detuvo la marcha de un Peugeot de color rojo con dos hombres a bordo, uno de los cuales se bajó armado y amenazó a los dos prefectos. El delincuente les exigió a los hombres la entrega del auto, pero los prefectos se bajaron, dieron la voz de alto e intentaron evitar el robo.

Ante esa situación, el delincuente disparó y se originó un intenso tiroteo, en el cual el delincuente armado cayó muerto y el otro asaltante huyó corriendo hacia la esquina, donde se cree que otros hombres estaban de apoyo dentro de otro vehículo.

En ese momento, aparecieron otros tres prefectos que se hallaban también custodiando la casa del testigo protegido y salieron a perseguir al otro ladrón, pero sin éxito.

El encargado del edificio donde se registró el hecho aseguró que escuchó entre 20 y 50 disparos y que no sabía que el ex marido de Karina Jelinek se hallaba en ese edificio.

Se trata de Pablo, el encargado del edificio de la calle Zuviría al 800, a metros de la calle Thompson, frente el cual el lunes por la noche se originó el tiroteo en el que murió uno de los delincuentes y uno de los prefectos resultó herido de un balazo.

«Una vecina me contó lo que estaba pasando. Cuando bajo, encuentro este desastre. Escuché entre 20 y 50 tiros fácilmente», dijo esta mañana a la prensa el encargado.

Luego, explicó que no sabía que el testigo arrepentido en la causa por la «ruta del dinero K» se hallaba vivienda con protección en ese edificio y que jamás lo vio.

«Nosotros no sabíamos nada, no sabíamos a quién estaban custodiando. Preguntábamos a la policía y a prefectura quién era al que estaban custodiando, pero nadie nos decía nada. Ni siquiera sé en qué departamento estuvo, ni tampoco por qué lo trajeron acá», aseguró.

El hombre afirmó que recién descubrieron de quién se trataba a través de los medios, cuando se filtró una foto en la que se lo observa a Fariña ingresando al edificio con sus custodios.

El hecho es investigado por personal de la comisaría 12ª y un fiscal de turno porteño, quien ordenó el secuestro de las cinco pistolas calibre 9 milímetros que portaban los cinco prefectos, como así también cuatro autos, entre ellos el que utilizaban los prefectos y el de los delincuentes.

Los peritos levantaron en el lugar decenas de vainas servidas calibre nueve milímetros las cuales están siendo peritadas para determinar a qué armas pertenecen.