El ex jefe del Ejército César Milani sostuvo que no tiene «miedo» de ir preso, que está «orgulloso» de su trayectoria, y aseguró que la Justicia va a definir su «inocencia en todos los casos».

«Estoy orgulloso de toda mi vida. ¿Cómo voy a tener miedo de que un juez me cite por estas denuncias, que son mentiras? No le tengo miedo a nada. La Justicia va a determinar mi inocencia en todos los casos», afirmó en una entrevista brindada a La Capital de Rosario.

Tras su paso por el gobierno kirchnerista, Milani afronta una serie de causas judiciales que van desde la investigación sobre su presunta participación en la desaparición del soldado Alberto Ledo en Tucumán durante la última dictadura militar, las sospechas sobre su supuesta autoría en el secuestro y torturas agravadas a Ramón Alfredo Olivera en La Rioja, hasta su rol como partícipe de una red de inteligencia interna.

«Se me acusa de represor, de enriquecimiento ilícito, de hacer inteligencia interna. Al final del camino saldrá la verdad», remarcó.

A su entender, las denuncias en su contra por supuestas violaciones a los derechos humanos tienen una connotación política y están ligadas al hecho de haber asumido responsabilidades como jefe del Ejército, ya que antes de ese momento no registraba ninguna acusación.

«Después de 45 años en el Ejército aparecieron estas denuncias. Molestó mucho a los poderes financieros, a los grandes multimedios que el jefe de la fuerza haya tenido capacidad de liderazgo y de intentar cambiar a la institución», enfatizó.

Respecto al caso de Ledo, admitió que pudo haber firmado el acta de deserción del conscripto (que precedió a su desaparición), pero aclaró que era «meramente administrativa» y que era una «fotocopia no autenticada».

«Era un acta meramente administrativa, hice decenas de actas de deserción. Venían y me decían que tenía que firmar por orden del jefe de compañía», explicó

Y agregó: «El acta de Ledo es una fotocopia no autenticada, donde aparece una firma que no tiene nada que ver con la mía actualmente».

En tanto, aseguró que la citación a indagatoria por el secuestro y torturas a Olivera «es parte del hostigamiento» e insistió en que no estuvo «en el lugar de los hechos en el momento» en que se lo acusa.

Resaltó que tiene «prueba documental» y mencionó el testimonio de «presos políticos» de la época, entre ellos el del diputado provincial Jorge Basso. «Me dijo que nunca escuchó mi nombre ni me vio, y lo declaró en la Justicia», recordó.

Sobre los dichos de la diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió, quien lo acusó de haber liberado la zona de Le Parc horas antes de la muerte del ex fiscal Alberto Nisman, sostuvo que «es una barbaridad, algo descabellado».

«Ni sabía donde vivía Nisman. La Cámara de Casación Penal dijo que no hay ningún elemento que permita suponer que hayan intervenido terceras personas y lo volvió a la Justicia ordinaria», precisó.