El veterinario Dr. Carlos Cossia, Concejal de la ciudad de Rosario, fue envuelto en las últimas horas en un escándalo por la difusión de copia de un contrato transitorio por la prestación de servicios por parte de su hija en la Municipalidad de Rosario.

Si bien María Cossia, psicóloga de profesión, cumple funciones desde el mes de febrero en la Secretaría de Desarrollo Social, el decreto de su contrato salió recién en mayo, apenas pocos días después de que su voto decidiera el incremento del Transporte Urbano de Pasajeros en el Concejo Municipal.

A través de un comunicado, el concejal manifestó: «Esta coincidencia fue aprovechada políticamente por medios de difusión para vincular ambas cuestiones, nada tiene que ver con mi decisión. “Actué por convicción, como lo hago siempre, de acuerdo a mis principios, a nadie le gusta que las cosas aumenten de precio, pero mucho peor es no tener servicio”, señaló el presidente del bloque Peronismo Solidario.

El profesional señaló: “No ingresé a la política para beneficio personal ni de mi familia, no lo necesito, no es mi estilo, me dedico a esta actividad por vocación de servicio y no para poner una agencia de colocaciones”.

Y continuó: “Como a todo padre, le preocupa que su hija tenga trabajo para desarrollar aquella actividad que la apasiona, y para la que tanto se preparó, me alegró mucho cuando me enteré que había ingresado contratada en la Municipalidad, pero eso nada tuvo que ver con otras cuestiones”.

“Además de poner en juego mi prestigio personal, mi reputación pública y la de mi hija, que es la que más me importa, están poniendo en duda la credibilidad pública, acusando al municipio de hacer de la política un intercambio de figuritas y repartija de prebendas para asegurarse la sanción de normas, algo que no es ni el estilo ni la forma de persuadir posturas, al menos en mis conceptos de esta actividad. A mis largos años de edad, no soy ingenuo, se que esta operación mediática forma parte del juego, es la parte negativa a la que estamos expuestos quienes nos postulamos para ejercer una función pública, pero hay que tener el cuero duro para aguantar. Los cientos de acciones positivas que he desarrollado en mis dos años y medio de función, ameritan el sacrificio y me dan fuerzas para soportar la injuria y la calumnia.

Enterado por los propios medios que se encargaron de difundir la información, que tuvieron la deferencia de llamarme previamente para advertirme que tenía en su manos los papeles e iban a difundirlos; les dije que no tenía nada que ocultar, que lo hicieran sin culpa, que estaba tranquilo de mis acciones y que la gente juzgara como quiera, porque mi conciencia está tranquila.

Tengo amigos en Canal 3, formé parte de la grilla de programas que difunde la emisora, podría haber intentado acallar la nota, hablando con la gerencia. No intenté hacerlo, tengo mi conciencia tranquila, actué por convencimiento personal, ya que había que destrabar la situación que tenía al Concejo en vilo desde hacía dos semanas, y amenazaba con dejar sin transporte a la ciudad”, especifica el comunicado.

El edil explicó que había dado su palabra a los taxistas de votar el aumento, ya que los estudios de costos daban un retraso del 60% de la tarifa, «el tema estaba acordado desde la semana anterior, y fue postergado por problemas políticos generados por la puja por el boleto. Ellos eran rehenes de una situación no deseada”.

“En cuanto el transporte, pasó algo similar, los estudios de costos daban $9.45, se pedía una tarifa de $8 y $8.50 para julio. Hubo propuestas, algunas serán evaluadas, incluso aporté una propia, superadora en relación a otros proyectos existentes. En este contexto los trabajadores habían firmado una paritaria del 30%, había que pagar sueldos y la situación ameritaba soluciones”, continúa el escrito.

Y agrega: “En el conflicto anterior, que derivó en un paro de ómnibus, una señora acompañada de sus dos hijos se presentó en el Concejo, pidió hablar con un concejal, cualquiera, no le importaba cual, le dijeron que estaban ocupados tratando el tema del boleto. Por eso insistió. Justó pase yo, ocasionalmente, y me solicitó hablar un minuto. La atendí. Sacó de su bolsillo un ticket de taxi, de $52, y otro de $43, y dos de $30, me dijo esto es lo que nos costó hoy un taxi para ir a trabajar, me salió más caro que el peso que ustedes se niegan a aumentar durante 30 días, dejen de hacer política, nosotros los pusimos ahí para que decidan, no para que se escondan”.

Por último detalla: «Junto a otros 13 ediles decidimos no dar quórum la semana anterior al aumento, acompañé aquella medida, y les dije a ellos que la semana siguiente, estaría en mi banca para discutir el precio del boleto y votar el aumento del taxi. En esa semana se buscaron alternativas, algunas se tomaron, otras se postergaron y otras llegaron tarde, como la suba del impuesto a los sellos, pero teníamos todos los números sobre la mesa, esquivar la discusión era evadir mi responsabilidad como concejal”.

Sé que puedo haber perdido credibilidad y que la difusión pública de una nota me pudo haber perjudicado. De todas formas estoy tranquilo, quienes me conocen saben que no sería capaz de ser un mercader de mis principios. Voté responsablemente por convicción, y no por un cargo público, estoy tranquilo, dolido, pero en paz con mi conciencia”.