La ex presidenta brasileña Dilma Rousseff, que no era vista en público desde su destitución el 31 de agosto pasado, reapareció anoche con un duro discurso en Río de Janeiro contra los «retrocesos» promovidos por su otrora vicepresidente y ahora jefe de Estado, Michel Temer.

Dilma aprovechó un mitin de campaña de la candidata a la alcaldía de Río de Janeiro Jandira Feghali para cargar contra algunos de los proyectos de su sucesor, que, en su opinión, representan retrocesos a las conquistas logradas por Brasil durante los 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

«Estamos en un momento muy especial, en un momento en que Brasil corre un riesgo de retrocesos, de que congelen el presupuesto, de que los pobres no quepan más en el presupuesto», afirmó.

Por momentos, el encuentro no pareció de campaña para las elecciones municipales del 2 de octubre próximo, sino la continuidad de la disputa por la Presidencia de Brasil, en el que el grito de «Fuera Temer» volvió a retumbar, reportó la agencia EFE.

Rousseff fue destituida por el Senado el 31 de agosto tras ser sometida a un juicio político en el que fue hallada culpable de irregularidades fiscales, pero durante todo el proceso alegó que era víctima de un golpe parlamentario y acusó a Temer de ser uno de los responsables de su caída.

«Corremos el riesgo de que un país que tiene una población joven limite el aumento del gasto en educación y salud. Es decir, que cada brasileño va a tener menos dinero para educación. Y teníamos que estar haciendo justamente lo contrario. Si el primer paso era garantizar que las personas salieran de la miseria, el segundo paso es garantizar educación de calidad», subrayó Rousseff al insistir en que los gobiernos del

PT, primero el de su padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, y luego el suyo, se esforzaron por ofrecer educación a las millones de personas que lograron salir de la pobreza.

Rousseff también aprovechó su reaparición política para reiterar que el proceso que la separó del poder fue inconstitucional.

«Estoy feliz de estar aquí a pesar de mi momento de tristeza. Sufrí una injusticia porque tengo conciencia de que en este país dieron un golpe parlamentario y sacaron una presidenta elegida con 54 millones de votos sin que ella hubiera cometido algún crimen, y mucho menos un crimen de responsabilidad», sentenció.