Por Marcelo Chibotta

“Adelante, es al fondo del pasillo”, se escuchó la voz a través del portero eléctrico. Apenas abierta la puerta de calle, aparecen a lo largo del mismo, botellas de aceite, de gaseosas, cajas con latas de tomates al natural, arvejas…todo lo que se quiera imaginar para constituir una bandeja de comida con destinatarios inequívocos: aquellos que están en la calle “de la mano de Dios”.

La casa particular de Ricardo Camarasa, impulsor desde hace siete años del Movimiento Solidario Rosario, está puesta al servicio de la causa que comparte con cientos de colaboradores. Prácticamente quedó convertida en el depósito, la cocina y la administración del proyecto solidario al que dedica gran parte de su vida.

«El lugar en el que funcionábamos lo tuvimos que dejar porque nos aumentaron el alquiler tremendamente y no podemos hacer frente a ese gasto. Por eso trajimos todo a mi casa», explicó.

Con carácter afable, Ricardo le contó a Conclusión que durante los últimos meses “la cantidad de personas en situación de calle creció vertiginosamente ya que la demanda aumentó a más del doble”.

“Nosotros a lo largo del año pasado entregamos entre 100 y 120 bandejas durante los días de recorrida y este año se disparó a unas 250 bandejas. Ya teníamos preparada una logística para 2016 para que con 120 raciones podamos cubrir seis u ocho meses y después  del comienzo de las recorridas, en dos meses nos quedamos sin suministros”, apuntó.

Seguidamente, Camarasa explicó que “además de la organización de merenderos, trabajamos de marzo a noviembre haciendo recorridas nocturnas y durante los martes y jueves repartimos las raciones, pero ahora vamos a salir también en auto los miércoles.”

“Venimos trabajando de maCamarasa interior 1nera bastante silenciosa y perseverante. A medida que han pasado los años, ha crecido mucho el número de voluntarios, ya llegamos a 150 personas de diferentes edades trabajando – indicó – para después responder la pregunta sobre cómo surgió el movimiento que encabeza: “Lo empecé yo solo, haciendo una colecta para un hogar de niños que se llama Encuentro y a partir de ahí empezaron a sumarse voluntarios. Eso lo había visto en Buenos Aires, con la Red Solidaria de Juan Carr que es muy grande. Yo no había tomado dimensión de eso porque nunca había visto ese accionar en calle de voluntarios juntándose en una esquina entregando frazadas y comida a gente en situación de calle”.

Más adelante, indicó: “Ahí me di cuenta que en Rosario no pasaba eso y la idea fue venir con el mismo nombre, pero había un problema legal y ahí nació lo que es el Movimiento Solidario Rosario, conformado por tres personas. Empezamos a trabajar, a hacer colectas, a realizar eventos para juntar alimentos no perecederos para hogares e instituciones de Rosario y de alrededores. Hemos trabajado también en Villa Gobernador Gálvez y en San Lorenzo”.

“El primer caso significativo fue el de Fernando Quispe, un señor que perdió todo, que alquilaba una casa en Pueyrredón y Córdoba y quedó en la calle con una beba y se fue a vivir a Mendoza al 9000, en un terreno que cambió por una camioneta que tenía. A partir de ahí comenzó a hacer una colecta en la Plaza Pringles” – relató el referente del Movimiento Solidario Rosario – para después apuntar que después que las donaciones “se multiplicaron, se necesitaban 500 ladrillos y pudimos conseguir 1500, mientras él por la noche estudiaba para maestro mayor de obra y después de unos meses se transformaron en una vivienda”.

Enseguida, prosiguió contando que “en un primer momento, Gabriel y Loreley fueron quienes se acercaron y hoy ya hay coordinadores de ruta porque todo creció en gran dimensión”.

Por otra parte, Ricardo explicó cómo se vienen financiando: «Lo hacemos a través de colectas y al haber tanto crecimiento y tanta demanda trabajamos conjuntamente con Desarrollo Social de la provincia y con Promoción Social de la Municipalidad. El Estado colabora y participa, pero no soy quién para decir si lo hacen de manera efectiva o no. Ésas son cuestiones más bien políticas de las que se tienen que encargar las personas a cargo que tienen un sueldo a partir de esto y viven de esto.

Yo destaco mucho la labor de los voluntarios. El movimiento solidario no sería nada si no fuera por ellos. En ese sentido, cada vez que necesitamos alimentos no perecederos, son miles de rosarinos los que nos ayudan, son miles de personas que se acercan y preguntan de qué manera colaborar. Cada persona que está detrás de cada caso en particular, cumple una función muy importante de lo que es el Movimiento y nosotros no seríamos nada sin ellos».

— ¿Encuentran mucha gente indocumentada entre quienes asisten?

— Hay un gran número que no tiene documentos y que desconoce si tenerlo es o no importante. También hay mucha gente que no sabe leer ni escribir, y nos topamos con una situación que es contrarreloj. Es una lucha a la que nosotros nos disponemos frecuentemente a perder porque la desigualdad nos gana, siempre nos va a ganar y la pelea la damos con armas nobles, con lo que tenemos, con lo que podemos….

— ¿Trabajan con otras organizaciones del mismo tipo?

— Tenemos buena relación y comunicación con la gente de Rosario Solidaria, ellos entregan el desayuno. Igual que con Sol de Noche, la gente que va a los refugios padece una situación límite y están necesitando una ayuda concreta.Camarasa interior 2

— ¿ Y tienen colaboración de empresarios?

— En este momento la única empresa que colabora con nosotros es Paladini donándonos tres salchichas una vez al mes tres cajas. Es todo lo que recibimos. Quizas el sector empresario no participa por alguna cuestión de falta de información y por ahí el error es nuestro. en esto hay que hacer una autocrítica porque a veces se golpean las puertas equivocadas o se habla con quienes no se debe hablar y a veces creemos que estamos en lo correcto y no lo estamos.

— ¿Y de los funcionarios?

— Si, colaboran desde el Concejo en destrabar situaciones, en ayudarnos en distintas situaciones, la Municipalidad también con este nuevo período tuvimos mucho más acercamiento que en gestiones anteriores. Hemos podido generar nuevos lazos, pero repito, en ese sentido no tenemos banderas políticas ni partidarias ni religiosas. Las personas que colaboran con nosotros lo hacen como un ciudadano más, aún teniendo cargos e influencias en el Estado. Con quien no tenemos ninguna relación es con el gobierno nacional.

— ¿A qué reflexiones arribas desde las vivencias que tuviste todo este tiempo?

— Cada niño que nos encontramos en situación de calle, son cinco años de retroceso en su proceso de educación. Un niño que no come bien, que pasa días sin comer, un niño desnutrido o con carencias alimenticias no se puede pretender que tenga una educación real y concreta. No hablamos de que esa persona tenga que ser un profesional, o con toda la enseñanza que tuvimos nosotros. Cada adulto que no sabe ni leer ni escribir, es una persona que está completamente fuera de un sistema. Cuando hablamos de educación, hablamos de una educación para todos y no para algunos. Y lamentablemente el tema de la educación va acompañada del hambre y de la falta de comida, tenemos que imaginar un ámbito para personas que no tienen acceso a lo básico como un plato de comida, puedan hacerlo y a partir de ahí se puedan establecer los vínculos necesarios para que tengan acceso a una educación como para que tengan una herramienta básica para defenderse.

— ¿Cómo deben comunicarse aquellos que quieran colaborar?

— El que se quiera comunicar lo puede hacer a los números 153555910 o al 156614185. La página es www.movimientosolidario.com, ahí el que quiera se puede informar, puede saber, puede comunicarse con nosotros y se puede sumar, que es lo más importante. Quiero reiterar que el Movimiento Solidario Rosario es la gente, es el vecino, el que dona una lata de tomate o el que trae 10 bolsas de arroz. Acá no hay una balanza para medir quien más y quien menos, esto es de todos y porque es de todos, cada vez que pedimos algo, la gente responde. Concretamente, en este momento estamos necesitando el aporte de leche y pañales porque es lo que notamos que más está faltando.

Finalmente, Ricardo respondió a la pregunta referida a cuánto tiempo y por qué le ocupa su tiempo a esto: «Mis seres queridos dicen que yo digo que es poco el tiempo que me lleva, pero quienes tengo cerca me dicen que le ocupo mucho. Pero lo hago con mucho gusto, con un placer grande, es para mí un honor pasar por esta vida y dejar algo, no tengo interes de estar en este mundo comer respirar y traer hijos. quiero hacer algo por el lugar del mundo en el que me toca vivir y la verdad es que no me fijo mucho cuanto tiempo de mi vida le pongo a esto, me miento yo y trato de convencer a los demás que es poco tiempo pero sé, ciertamente, que le pongo bastante de mi vida porque es algo que me apasiona, me gusta saber que podemos ser significativos en la vida de gente que no tuvo la mismas posibilidades que nosotros».

«A mi me gustaría que la gente participe, que la gente tome real conciencia de lo que significa la palabra solidaridad, y la palabra indiferencia. Son los dos puntos claves con los que nos enfrentamos cotidianamente. Nosotros creemos realmente que la solidaridad es horizontal, y que su práctica es un sano ejercicio que nos hace bien a todos y creo que la indiferencia es la peor arma con la que nos enfrentamos cotidianamaente».

Fotos: Salvador Hamoui