Por Marina Vidal y Jennifer Hartkopf

El nacimiento del Día de la Bandera se remonta al año 1812, precisamente al 13 de febrero de ese mismo año, cuando todo comenzó con una escarapela

Según la historia, ese día Manuel Belgrano propuso al gobierno la creación de una «escarapela nacional», en vista de que los cuerpos del Ejército usaban distintivos diversos. Apenas cinco días después, el Triunvirato aprobó el uso de la escarapela blanca y celeste, decretando: «Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste…».

Entusiasmado con la aprobación de la escarapela, Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores, enarbolándola por primera vez en Rosario, a orillas del río Paraná. Allí, en las baterías «Libertad» e «Independencia» la hizo jurar a sus soldados. Luego, mandó una carta al gobierno comunicando el hecho.

Pero la respuesta a la carta no fue la esperada. El Triunvirato contestó ordenándole que disimulara y ocultara la nueva bandera y que, en su lugar, pusiese la que se usaba entonces en la Capital.

No obstante, cuando la orden salía de Buenos Aires, Belgrano ya marchaba hacia el norte y, por esta razón, no se enteró del rotundo rechazo del gobierno a la nueva bandera. Así fue como al frente del Ejército del Norte, el entonces General en jefe movilizó sus tropas hacia Humahuaca y en San Salvador de Jujuy, enarboló al ejército de su mando la bandera en los balcones del Ayuntamiento, en vez del estandarte real de costumbre que presidía las festividades públicas. Allí, el 25 de mayo, la bandera argentina fue bendecida por primera vez.

Sin embargo fue recién el 20 de julio de 1816, más de cuatro años después, cuando el Congreso de Tucumán por iniciativa del diputado Juan José Paso, consagró legalmente la actitud de Belgrano iniciada el 27 de febrero de 1812.

El 25 de febrero de 1818 el Congreso de Tucumán (trasladado a Buenos Aires) aprobó como bandera de guerra la misma que ya se usaba, pero con el emblema incaico del sol en el centro.

Finalmente, el 8 de junio de 1938 el Congreso de la Nación, por ley nacional Nº 12.361, estableció el día 20 de junio (por ser el aniversario del fallecimiento del Gral. Manuel Belgrano, el 20 de junio de 1820) como “Día de la Bandera”, declarándolo asimismo como día feriado nacional.

Desde entonces, todos los 20 de junio Rosario se viste de celeste y blanco y el Monumento se llena de actividades, festejos y celebraciones.