Por Florencia Vizzi 

¿Quién no ha soñado con tener su propia casa? ¿Adquirir un terreno y construirla de cero, o comprarla nuevita, recién hecha? ¿Quién no fantasea con la posibilidad de establecerse y conseguir al añorado hogar que cobije a la familia?

Ese sueño, día a día tiende a complejizarse y volverse cada vez más inalcanzable, sobre todo para aquella familias cuyos ingresos están fijados dentro de los parámetros establecidos por el salario mínimo, vital y móvil  con un monto de $8060 mensuales.

Poniendo en consideración ese parámetro, y suponiendo que se habla de una familia tipo, compuesta por madre, padre y dos hijos, Conclusión investigó cual sería el ingreso necesario de ese grupo familiar para acceder a una vivienda que les permitiera vivir con mínimas comodidades.

Diversas inmobiliarias coinciden en que, si bien todo depende de las particularidades de cada propiedad, podría establecerse un precio promedio del metro cuadrado que oscilaría entre los 1.800 y 2.200 dólares.

En ese sentido, Pedro, de la firma Tatavitto, señaló que, un departamento de dos dormitorios, con living comedor, cocina, baño y un pequeño balcón (aproximadamente de 60 metros cuadrados) puede estar valuado entre los 130.000 y 160.000 dólares. Es decir, cerca de 2.000.000 de pesos tomando como referencia el valor actual de la moneda norteamericana. Si se habla de algo un poquito más grande, digamos, tres dormitorios, entonces habrá que pensar en 200.000 dólares.

Con esos valores como punto de partida, Conclusión solicitó asesoramiento en diversas entidades bancarias sobre cuáles serían los ingresos y el ahorro preexistente necesarios para adquirir una propiedad de esas características, y evaluar que cuotas corresponderían pagar

Según lo informado por la entidad bancaria estatal, Banco de la Nación Argentina, la institución otorga hasta el 80% del valor de la propiedad. Por lo tanto, para acceder a un departamento como el antes descripto, sería necesario que la familia en cuestión hubiera podido ahorrar, con mucho esfuerzo, entre 400.000 y 500.000 pesos.

Contando con esa base, y pensando en acceder a un crédito de 1.500.000 de pesos, sería imprescindible demostrar un ingreso real de 55.000 pesos.

Dentro de las facilidades otorgadas por el Nación, está la posibilidad de agregar el ingreso del grupo familiar directo (padre, madre, hermanos), que figurarían como cotitulares de la propiedad.

Pero de ser así, es importante tener en cuenta que si los padres del solicitante participaran en la solicitud, la edad de los mismos influiría directamente en el plazo de años en los que sería solicitado el crédito, puesto que los cotitulares no pueden figurar como tales a partir de que se encuentren jubilados.

A un crédito de estas características, solicitado en 10 años, le correspondería una cuota mensual que rondaría los 16.000 pesos.

Además, es importante tener en cuenta ciertos requisitos, la cuota no puede exceder el 30% del ingreso mensual, y para ser un solicitante viable, debe acreditar un año de antigüedad y continuidad comprobable si es un empleado en relación de dependencia. Los monotributistas deben poder demostrar dos años en la actividad y los autónomos uno.

Resumiendo, según lo averiguado en el Banco de la Nación Argentina, una familia debe demostrar un ingreso de 55.000 pesos para poder acceder a un préstamo hipotecario de 1.500.000, el cual representaría el 80% del valor de la propiedad que deseen adquirir. Ese valor, sin duda parecerá inalcanzable para los asalariados que se encuentren percibiendo el salario mínimo, y aún para aquellos cuyo sueldo supere ampliamente ese valor, considerando que, además de la cuota a pagar, necesitarán los ingresos necesarios para subsistir.

En este punto, es importante recordar lo antes señalado:  el valor promedio de las propiedades en la ciudad de Rosario, mínimamente confortables para una familia de cuatro personas, se acerca y supera los 2.000.000 de pesos.

En cuanto a las entidades privadas, Conclusión eligió el Banco Santander Río como exponente, ya que el sistema con el que se maneja es similar a la mayoría de las instituciones privadas.

Si el sistema es diferente, la accesibilidad no presenta un panorama más alentador. De hecho, una de las fuentes de la entidad señaló que “para los monotributistas y autónomos es casi una misión imposible” acceder a un hipotecario. En cambio, un empleado que acredite una relación de dependencia superior a un año, tiene más posibilidades».

Para este tipo de préstamos, la institución maneja el sistema de Cuota UVIS, el cual tiene sus simpatizantes y sus fervientes detractores.

UVIS es la abreviatura de Unidad de Vivienda, que es un medida establecida por el Banco Central de la Nación Argentina. Dichas unidades se actualizan diariamente de acuerdo al índice CER, o sea, de acuerdo a la inflación. A día de hoy, el valor de la Cuota UVIS es de $14.053.

Para que se entienda, los bancos prestarán al tomador del Crédito una cantidad determinada de UVIS, y el crédito se devolverá en esa unidad. Así, todos los meses, al momento de pagar la cuota, la misma se transformarán a pesos en función de la cotización del día, y ese será el monto a abonar.

Las entidades privadas que se rigen por este sistema, otorgan el 70% del valor de la propiedad (a diferencia de la estatal que presta hasta el 80%). El monto al que puede ascender el crédito varía dependiendo la institución y el plazo máximo es a 20 años.

El beneficio del sistema de Cuotas UVIS, según los especialistas, es que baja el valor de la cuota inicial y los ingresos necesario para acceder al préstamo, pero presenta una contra que no puede ignorarse, que su valor se ajusta de acuerdo a la inflación, lo cual podría volverse macabro si los índices inflacionarios continúan superando los ajustes salariales. 

En el caso del Santander, la cuota puede representar hasta el 35% de los ingresos, pero sólo pueden sumarse los salarios de los cónyuges, ya que la entidad no admite al grupo familiar.

Según la información recabada, para obtener un préstamo hipotecario de 1.500.000 de pesos en dicha entidad, la pareja debería demostrar un ingreso fijo mensual de alrededor de 45.000 pesos, y haber conseguido ahorrar el 30% del valor de la vivienda que quieren comprar.

Siempre es importante tener en cuenta que si los solicitantes tienen créditos previos o gastos mensuales de tarjeta de crédito, se le restarán a los ingresos mensuales que se utilizan para el cálculo del dinero que se prestará.

En ese sentido, considerando el alto precio que detentan las propiedades, en relación al salario promedio que se percibe en e mercado laboral de la ciudad, podría decirse que realmente, el sueño de la casa propia  es una ilusión irrealizable.