Según reportes de Onusida, 36,9 millones de personas viven infectadas con VIH en el mundo y durante 2014 el número de nuevas infecciones se redujo un 17% respecto del año 2000, pero el interrogante es si los padres infectados pueden traer al mundo hijos sanos.

Aún cuando las estadísticas muestran que la tendencia es estable en Latinoamérica, los especialistas consideraron «indispensable informar» a la población sobre las distintas opciones para prevención, tratamiento y también para permitirles traer al mundo hijos sanos.

«Es que en los últimos años han mejorado sustancialmente los resultados de los tratamientos, lo que ha llevado a una mejor calidad y expectativa de vida dejando lugar en el cuadro de pronóstico para pensar en una paternidad o maternidad», explicó Carolina Tomatis, coordinadora del Programa VIH de Halitus Instituto Médico.

Tomatis detalló que «más del 50% de las personas VIH reactivas están en edad reproductiva y la mayor prevalencia de la infección se encuentra entre los jóvenes, lo que atrajo al centro de la escena a la posibilidad de ser padres».

«La ciencia buscó entonces distintas opciones que así lo permitieran y que los niños nacidos fueran sanos. Hoy mucho se ha avanzado», enfatizó la especialista en VIH.

En ese sentido, comentó que «el estudio preconcepcional para aquellos hombres y mujeres que presentan VIH requiere presentar 6 meses de iniciado el tratamiento antirretroviral y al menos 2 cargas virales negativas en sangre».

Este requerimiento es fundamental para llevar a cabo en el caso de los hombres lo que se denomina lavado de semen –que permite la concepción con un riesgo mínimo y buenos resultados.

Consiste en separar los espermatozoides del líquido seminal y determinar la carga viral para luego implantar los espermatozoides «limpios» en el útero de la mujer.

«Teniendo en cuenta que existen distintas técnicas disponibles, su elección tendrá estrecha relación con la historia clínica particular de cada caso. Si la mujer no posee alteración alguna, es posible llevar adelante una inseminación uterina, es decir, una vez realizado el lavado, colocar los espermatozoides en el útero de la mujer en el momento cercano a la ovulación», indicó.

Tomatis manifestó que «si se tratara de un caso de factor masculino, en el cual la cantidad o calidad espermática estuviera fuera de parámetros normales o si la mujer tuviera algún factor que determinara infertilidad o incluso en aquellos casos en losque hayan realizados intentos previos sin éxito, lo recomendable es recurrir ya sea a FIV o ICSI, según el caso».

«Entonces, con la muestra ya procesada, se lleva adelante una fertilización in Vitro. También cabe la posibilidad de una situación severa femenina que requiera recurrir a la ovodonación, esto también es posible mediante fertilización in Vitro con unóvulo donado», añadió.

Así, comentó la especialista, «cuando sólo el varón de la pareja está infectado, es posible lograr la concepción con un correcto asesoramiento reproductivo e infectológico, disminuyendo el riesgo de contagio al mínimo ya que existe un procedimiento con buenos resultados: el lavado de esperma».

«Esta técnica de baja asegura la reducción del riesgo de contagio. Pero para lograr ese embarazo es fundamental la información», remarcó.

En el caso de las mujeres infectadas que buscan concretar el sueño de la maternidad, es necesario focalizar en la prevención durante el embarazo y el parto, momentos de mayor contagio según las estadísticas.

«Hay a disposición medicación que puede indicarse durante la lactancia para disminuir el riesgo de contagio en ese momento.

Recomendamos siempre en el estudio preconcepcional llevar adelante una prueba de VIH, e incluso, lo indicamos en casos de mujeres que ya vienen embarazadas. Antes de la búsqueda del embarazo hay medicación que es posible administrar a aquellas mujeres VIH positivas que desean ser madres y también al bebé una vez nacido y, la carga viral determina en todo caso la vía de nacimiento (parto o cesárea)», señaló Tomatis.

La especialista recordó que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) «es una enfermedad causada por el virus de VIH que genera la destrucción del sistema inmunológico de quien la padece y que puede hoy detectarse mediante una prueba que establece si están o no presentes en el cuerpo los anticuerpos que lo provocan, que pueden demorar entre 3 y 6 meses en desarrollarse (período de ventana) y que puede transmitirse por el uso compartido de jeringas o mediante una transfusión sanguínea, durante una relación sexual sin protección y de madres infectadas al bebé».

«La prevención es la mejor herramienta y en este contexto, el uso del preservativo es fundamental. En cualquier caso, hoy los avances permiten enfrentar el avance del VIH a nivel mundial de otra manera y hasta les permite a quienes lo padecen, muchas veces pensar en la posibilidad de ser padres», concluyó.