Por Aldo Battisacco

Ya hubo tres entidades de financieras que hicieron la presentación de sus líneas de créditos hipotecarios a 30 años que se ajustan por inflación. Los préstamos serán destinados para la refacción, ampliación o adquisición de viviendas y están destinados a familias que puedan justificar un ingreso superior a 18.500 pesos. La modalidad de contratación establece que el fondo se indexará por el sistema UVA que fue aprobado el año pasado en el Congreso. Los bancos que tomaron la iniciativa fueron Banco Nación, Banco Provincia y Banco Ciudad, que además, ampliaron los plazos máximos disponibles.

Sobre el tema, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, había dicho:“Estamos trasladando la baja del riesgo argentino que logramos con la salida del cepo y el acuerdo con los holdouts hacia los individuos y las pymes”. En tanto que el presidente del BNA, Javier González Fraga, fue todavía más optimista y consideró que el acceso al crédito hipotecario permitirá mitigar problemas de “alcoholismo, adicciones y abusos” en las familias beneficiarias.

Los créditos hipotecarios se ajustarán por la UVA con una tasa fija, entre 3,5 y 7,7 por ciento, pero el costo total del crédito se actualiza de acuerdo a la inflación. Las cuotas iniciales oscilan entre 4.600 y 6.000 pesos para créditos de un millón de pesos.

Por otra parte, hay otras líneas de créditos que ofrecen algunos bancos privados que utilizan el mismo mecanismo de ajuste que la nueva versión del Procrear estableciendo así una notoria diferencia con este último relanzamiento, puesto que las entidades bancarias no estipulan como requisito que el interesado disponga un ahorro inicial.

En el sistema financiero aseguran que los créditos UVA, que arrancaron en abril de 2016, se empezaron a «mover» en el último trimestre del año pasado, cuando se notó una desaceleración de la inflación.

La financiación oscila entre el 75 y 85 por ciento del valor de los inmuebles. Los montos a prestar diferirán según el banco, ya que el Ciudad prestará hasta dos millones de pesos; el Nación ofrecerá el 80 por ciento de un máximo de 3,1 millones de pesos; y el Bapro tendrá un tope de 3 millones de pesos.

Omar Rizzo

Con el ánimo de aportar una lectura más próxima sobre lo que significa en números tomar fondos con éstas condiciones, Conclusión dialogó el profesor Omar Albano Rizzo, abogado y asesor en materia impositiva, quien señaló que «este tipo de créditos se ajustan por inflación, así se debe el capital obtenido más el índice, que está conformada por una tasa de interés que oscila anualmente».

Rizzo, recuerda que «ya arrancaron este tipo de créditos hace meses y ahora se aplicará este criterio a los préstamos hipotecarios, según las precisiones que dieron al momento de anunciarlos, la cautela ganó la atención de los interesados porque el mecanismo de las UVA no facilita que el beneficiario conozca el total del dinero a cancelar, ya que la dinámica estará sujeta las actualizaciones de precios».

El economista evaluó que de acuerdo a su experiencia «cualquier persona quiere saber qué deberá pagar, vastos sectores de la población que pueden justificar ingresos medios y que en primera instancia cumplimentarían los requisitos, tomaron distancia de contratar con estas condiciones de compromiso, la falta de certidumbre generó que estas líneas de préstamos no tuvieran aceptación ante el enigma que se les presentaba», porque «lo que se ajusta por inflación nadie lo quiere tomar, máxime si pensamos que en este sentido, Argentina no ofrece garantías por su larga historia inflacionaria».

«La diferencia con el mundo empresario es notable -dice Rizzo- porque sabe que pagará, en este caso puntual, cualquier trabajador que necesite comprar una vivienda, se arriesga a que en algún momento, no pueda afrontar el costo de las cuotas si la economía se desmadra».

Según el tributarista, «el engaño publicitario reside en que se dice que se puede pagar en 30 años, pero respecto de los puntos más ríspidos nada se puede afirmar seriamente», concluyó.