Por Mario Luzuriaga

El músico cubano Luis Enrique Carballosa y el percusionista rafaelino Franco Ochat ofrecen un «Tributo a Buena Vista Social Club» el domingo 20 de agosto en El Aserradero (Montevideo 1518). El espectáculo se trata de un homenaje a la música tradicional cubana rescatada por Ry Cooder y el cineasta Wim Wenders en su reconocido documental.

Buena Vista Social Club era un bar en La Habana ubicado en el barrio de Buena Vista, que fue cerrado con el inicio del gobierno de la revolución cubana a inicios de los años 60. El lugar, famoso en las décadas del 30 y 40, representa la «Edad de Oro de la música Cubana».

Carballosa dialogó con Conclusión antes de su show.

—¿Qué es lo que lo moviliza al hacer este homenaje?

—El tributo no es más que un tributo a la música tradicional cubana. En «Buena Vista…»en su origen estaba compuesto por los compositores originales como Compay Segundo, que en 1940 pusieron esos temas fueron éxitos. Yo tengo desde mi casa tengo mucha influencia de la música tradicional, la llevo conmigo y la estudié. Es muy interesante hacer esa música y haberla tocado toda la vida.

—¿Se considera las décadas del 30 y 40 la época dorada de la música cubana?

—Sí, obviamente. En los últimos años también se hizo música muy buena, lo que para nadie es un secreto con el tema de la política y el bloqueo, y toda esas historias también influyeron en la música. Ahora recién se está instaurando en el mercado internacional, porque estaba aislada y sin señales de vida.

—¿Qué es lo que más le apasiona a la hora de interpretar estos sonidos?

—Lo que más me apasiona es la alegría que tiene. A veces incluso está el caso de que la letra de la canción no sea tan alegre, pero ya el ritmo que tiene la transforma. Es una música que sirve para escuchar y para bailar, porque tiene mucho ritmo e influencia africana.

—¿Tuvo la oportunidad de conocer a algunos de esos músicos a los que le rinde homenaje?

—He podido saludar, en ocasiones, a Elaides Ochoa pero a Compay Segundo no, lo que si es que crecí viéndolos por televisión en Cuba. Hay un programa que se llama «Bambas y cañas», el programa más viejo de allí y es completamente el hogar de la música tradicional, incluso cuando estaban en el olvido.

—¿Qué le gustaría transmitirle a la gente con estas canciones?

—Lo que trato es transmitir alegría y que la gente disfrute, haciéndola de buena calidad y tenga un contenido sólido. Me encanta ver que la gente baile y espero que la gente disfrute una noche como si estuviera en el caribe.