Enviado especial a Buenos Aires- Movimientos sociales, organizaciones de la economía popular y representantes de la Iglesia se reunieron la semana pasada con la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, con un planteo unánime: la demanda de herramientas para hacer frente a un panorama complejo de la situación social, a partir del deterioro de la economía.

El objetivo fue buscar salida a las tensiones que se viven, ante una creciente conflictividad que se desprende de una crisis financiera y ahora particularmente, de la profundización del ajuste que comenzará a partir del acuerdo que el gobierno nacional firmó con el FMI.

Desde la Iglesia se busca restablecer su papel histórico de institución mediadora y, por ello, el encuentro contó con la participación de monseñor Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas), quien destacó a Conclusión que «tanto el Ministerio de Desarrollo Social como los movimientos sociales tienen sobre sus espaldas decenas de miles de personas con necesidades básicas no satisfechas, por lo que el diálogo debe ser pragmático».

En este sentido, instó a ambas partes «a debatir en torno a puntos concretos para que la gente pase lo menos mal posible esta coyuntura», dado que «los dos tienen responsabilidades en distintos ámbitos, pero sobre la misma gente».

Maletti, reiteró que el diálogo debe ser en función de las demandas fundamentales del sector, entre las cuales enumeró «la emergencia económica, el tema de la vivienda y el porcentaje del mínimo vital y móvil».

Además, resaltó que la ciudadanía debe organizarse «para que haya una unidad en orden a las elecciones», e instó al gobierno y a la oposición a trabajar por las cinco leyes que están en juego: «Para garantizar la seguridad alimentaria, emergencia alimentaria; para garantizar vivienda digna, integración urbana; para garantizar asistencia de consumos problemáticos, emergencia en adicciones: para trabajo digno, infraestructura social; y para garantizar el uso de tierra para quienes la trabajan, ley agricultura familiar».

«El 35% de la población está precaria o nula en este tema y está claro que las políticas de ajuste agravan la situación, por lo que pienso que se debe intervenir para que no haya despidos ni más aumentos porque en el fondo lo único que crece en Argentina es la fuga de capitales», agregó.

A renglón seguido, el miembro de Cepas admitió una «gran preocupación» por llegar a acuerdos que luego no se cumplen. «Los supermercados siguen remarcando los precios, crecen los comedores, hay niños descalzos,  pero la lucha debe seguir, debe haber mas presencia en los barrios y localidades del interior que la están pasando difícil, para resolver las cuestiones a corto plazo y comprometernos a futuro para darle esperanzas a nuestro pueblo, si en el diálogo nos ponemos con los tapones de punta, la que pierde es la gente».

En otro tramo de la entrevista,  Maletti manifestó que «sería bárbaro» alcanzar un amplio acuerdo nacional entre todos los sectores vinculados a la política y la economía argentina, aunque admitió que «para que no sea una utopía tiene que haber una conversión del corazón de esa mesa». Y remarcó que para que no fracase como en otros tiempos hay que «ser solidarios, pensando a la solidaridad como la lucha contra los efectos destructores del imperio del dinero, la lucha contra las causas estructurales como la pobreza, la desigualdad y la falta de derechos sociales y laborales».