Los huesos artificiales normalmente tienen un sabor que imita el sabor de otros alimentos, además de ciertos componentes, que son útiles en los momentos en que el perro está necesitando una horquilla en la higiene bucal. Es decir, ellos ayudan en esa limpieza.

Sin embargo, algunos expertos son totalmente contrarios a los llamados huesos de cuero, ellos defienden que esos bocados son totalmente perjudiciales.

Es necesario considerar que por no ser naturales, ellos pasan por un proceso de industrialización. Para sustentar los argumentos, se tienen en cuenta 6 factores:

  • Los pedazos muy grandes que se tragan no son digeridos por el perro. El acto de roer el hueso va transformando lo mismo en una masa gelatinosa, que puede ser ingerida entera;
  • Es posible que ingredientes químicos como Formaldehído y Arsénico estén entre los ingredientes del producto;
  • Pueden causar vómito, diarrea y gastritis;
  • La contaminación con Salmonella, que es una especie de bacteria;
  • Riesgo de obstrucción intestinal y engaño;
  • Colorantes artificiales, que pueden causar alergias e irritaciones en perros más sensibles.

Tanto en la alimentación humana como en la de las mascotas, nada mejor que comidas naturales.

Primero, los huesos necesitan estar crudos. Este tipo de alimento cocido o frito cambia de composición, haciéndose más rígido, lo que puede causar lesiones en la boca del perro. Nunca debe ofrecerse un hueso cocido o frito para la mascota. Otra preocupación es el tamaño del hueso en relación al animal. Además, hay que evitar huesos puntiagudos y quebradizos, pueden ser muy peligrosos.

Hueso de vaca
El cartílago gelatinoso presente hace que sean el tipo preferido de los perros, debido al excelente sabor de ella, junto a la gran cantidad de carne.
Femur de vaca
Este tipo ayuda en la limpieza de los dientes y por contener una gran cantidad de médula, es más difícil de romper, evitando que el perro trague algún pedazo sin querer. Por otro lado, un punto negativo de la médula es que es pesada y puede causar problemas de digestión, consecuentemente una diarrea.
Huesos de cordero
La carne del animal hace que su hueso tenga un olor fuerte para los perros y eso atraiga bastante el paladar de ellos. Pero atención, porque ese tipo puede ser puntiagudo.
Huesos de pollo
¿Has oído hablar de que los perros no pueden comer huesos de pollo? Esto no es totalmente cierto. Lo que está prohibido es ofrecer huesos de pollo cocido, ya que se rompen y pueden lastimar el organismo de su mascota, además de hacerlo engañar.

Los huesos son un alimento que los perros aman y no están prohibidos. Sin embargo, es legal que lo acompañe a la hora en que se trate de ingerir este tipo de alimentos y evitar cualquier accidente.