Tras la trabajada victoria de Francisco Cerúndolo en el primer singles de la serie ante Lituania por la primera ronda del Grupo Mundial I de la Copa Davis, Sebastián Báez cerró un sábado perfecto para el equipo nacional en el Buenos Aires Lawn Tennis.

El bonaerense, 28° del ranking, derrotó en un partido durísimo y muy peleado a Ricardas Berankis, 231° y el más experimentado del equipo visitante, en un partido muy luchado, por 7-6 (8-6), 5-7 y 6-3, para poner al seleccionado albiceleste 2 a 0 arriba.

Muy sólido arrancó Báez, ante un rival que en los primeros games estuvo flojísimo con el primer servicio, y pudo sacar una ventaja muy rápido. En el cuarto game, aprovechó la cuarta chance de quiebre que tuvo y se adelantó 3-1 en el marcador. Pero Berankis -un ex top 50 con muchísima experiencia en la Davis- reaccionó y, en el primer juego de servicio flojo del argentino, recuperó el quiebre y niveló el set (4-4).

Fue solo el comienzo de la levantada del lituano, que un par de games más tarde volvió a robarle el saque a Báez y quedó 6-5, con chances de cerrar el set con su servicio. Y sin margen de error, el bonaerense respondió muy bien, quebró con amplio margen y forzó el tie break.

Berankis aceleró en el arranque del desempate. Luego de que el argentino se llevara el primer punto, se quedó con cinco al hilo y se adelantó 5-1. Entonces se despertó el público. Entre silbidos para el visitante y un aliento ensordecedor, intentó empujar a Báez, que, aprovechando además algunos errores del rival, salvó un match point tras otro y puso el 6-6. Y después ganó su séptimo punto consecutivo, para delirio del público, y cerró el parcial tras una hora y cuatro minutos.

El segundo set arrancó a puro quiebre. Báez le robó el servicio a su rival y quedó 1-0, pero Berankis recuperó el break y se puso 1-1. Con la igualdad en el marcador, los dos se hicieron fuertes con sus saques y no volvieron a sacarse ventaja durante los siguientes seis games.

Al argentino, igual, se lo veía bien plantado en la cancha, golpeando la pelota con seguridad y seguro con sus tiros. Tanto buscó y buscó, que en el noveno game encontró la manera de romper la resistencia lituana, sumó un nuevo quiebre y quedó 5-4, a un juego de la victoria.

Con el público de pie, saltando y alentando, el bonaerense fue a sacar para sellar el triunfo. Pero Berankis no se rindió.

A pesar de tener a todo el público en contra -había algunos lituanos en el estadio, pero no se sentían ante el bullicio de los fanáticos albicelestes-, el visitante ganó el game que tenía que ganar y volvió a nivelar el set, 5-5. Y poco después, conectando pelotas inalcanzables para el bonaerense, consiguió un nuevo quiebre para el 7-5.

Berankis aprovechó el envión del cierre del segundo -y un pasaje del partido de muchas dudas para Báez- y golpeó de entrada en el tercer parcial. Quebró en el segundo game y se adelantó 2-0. Pero cuando parecía que el set iba a ser demasiado cuesta arriba, el argentino recuperó el servicio, marcó el 2-2 y volvió a meterse en la pelea.

Báez pareció enchufarse de nuevo y encontrar una nueva ola de energía. Tras ganar el sexto game con su saque, sin ceder ningún punto, fue corriendo muy rápido hacia la esquina donde tenía la toalla y apretó bien fuerte el puño mirando al banco, donde estaba sentado su entrenador, Sebastián Gutiérrez. Y chocó las manos con Coria luego de quedarse con un game de servicio muy luchado del lituano, para quedar en ventaja 4-3.

El bonaerense no perdió el foco cuando, en el juego siguiente, se vio otra vez en problemas con su saque. Mantuvo la tranquilidad y sin apurarse, forzó algunos errores del lituano (que además se equivocó sólo en algunos puntos) y logró revertir la situación. Arrancó 0-40, se quedó con cuatro puntos al hilo y extendió la diferencia, 5-3.

El público estalló y en el estadio retumbó el «Vamos, vamos, Argentina… Vamos, vamos, a ganar…». Y el argentino, alimentado de ese aliento, quedó match point, con el lituano al saque.

Nadie se quería perder ese momento. Hasta el tren que pasaba justo por las vías que quedan justo detrás del estadio se detuvo para que todos pudieran disfrutar del match point. Y cuando Seba selló la victoria, el maquinista hizo sonar la bocina bien fuerte para sumarse al gran festejo que armó la gente en la cancha. Fue, en definitiva, 6-3 en el set final para dejar a Argentina 2-0 arriba en la serie.

La acción de la serie continuará el domingo. En primer turno, desde las 11, se jugará el dobles entre Andrés Molteni y Máximo González, 9° y 10° del mundo en esa especialidad, contra Tadas Babelis y Edas Butvilas (613°), en un punto que podría sellar el triunfo argentino. Esas designaciones, igual, podrían cambiar.

Luego se disputarán los últimos dos singles, Cerúndolo-Berankis y Báez-Gaubas, aunque también para esos partidos podrían modificarse las formaciones y producirse el debut de Tomás Etcheverry, 35° del ranking y tercer singlista argentino.