Por Santiago A. Fraga

Si por algo se caracteriza el fútbol, es por no ser un deporte predecible. Sin embargo, cuando las cosas se hacen bien desde el principio, lo más probable es que termine traduciéndose en buenos resultados.

El orden que aplicó Newell’s en este verano, con todos los cambios a nivel deportivo e institucional, terminan reflejándose en un equipo con un once titular bien armado, con una idea clara de juego y con una propuesta que defienden férreamente.

En su primer partido en casa, la ‘Lepra’ derrotó por 1 a 0 a Belgrano por la tercera fecha de la Copa de la Liga, en un encuentro que si bien dominó de principio a fin, terminó definiéndose por la genialidad de Éver Banega y el oficio de Juan Ignacio Ramírez.

A lo largo de los primeros 45 minutos, fue ampliamente superior el equipo de Mauricio Larriera, tanto desde la propuesta como desde la ejecución.

Desde la primera jugada del partido se notó un equipo vertical, con intención de llegar rápido al área contraria y con mayor confianza a la hora de buscar desbordar con el mano a mano.

Este último aspecto se notó principalmente en jugadores como Brian Aguirre, a los que este estilo de juego los beneficia a la hora de sacar a relucir su potencial.

No obstante, si bien cada vez que algún jugador de Newell’s se propuso encarar terminó gambeteando a sus rivales, nunca pudo encontrar la forma de terminar la jugada con claridad, y especialmente la manera de encontrar a Juan Ignacio Ramírez en la cancha.

Con Éver Banega como el faro de juego, con una claridad conceptual y técnica que poco se encuentra en el fútbol argentino, la ‘Lepra’ se propuso atacar por las bandas.

Si bien siempre consiguió el desborde, ni Aguirre, ni Armando Méndez, ni Ángelo Martino estuvieron precisos a la hora de enviar centros, y Guillermo May padeció además el hecho de jugar con el perfil cambiado.

Del uruguayo, no obstante, cabe destacar su intenso juego aguerrido, sin dar pelotas por perdidas y con una clara virtud a la hora de tomar desprevenidos a los rivales para anticiparlos o robarles la pelota rápidamente para la contra.

Además de estas características de la ofensiva, una de las principales virtudes de Newell’s se encontró en el aspecto defensivo.

Si bien este equipo de Larriera tiene un concepto defensivo arriesgado, al jugar con las líneas siempre adelantadas, la ‘Lepra’ salió siempre bien parada en cada intento de contraataque de Belgrano, con sus jugadores regresando rápidamente de la situación de ataque y recuperando la pelota antes de que el rival cruce los 3/4 de cancha.

Ian Glavinovich fue uno de los mejores jugadores leprosos en ese aspecto, y por tercera vez consecutiva resultó de los más determinantes del equipo en la cancha. Junto a él, Ángelo Martino y Armando Méndez también cumplieron un papel fundamental, también a la hora de atacar.

En el segundo tiempo, Newell’s tardó en recobrar la intensidad de la primera parte y durante varios minutos la pelota se mantuvo disputada en el mediocampo.

Sin embargo, a los 17′ del complemento, llegaría la jugada de la gran alegría leprosa de la mano de sus jugadores más determinantes.

Ramírez, que hasta ese momento había participado poco y nada del juego, con un simple gesto le indicó a Banega a dónde iba a ir a buscar la pelota. Éver, con su calidad distintiva, después de ese golpe de vista acomodó la pelota como con un guante desde el borde del área grande directo a la cabeza del delantero uruguayo, que apareció por el segundo palo y ni debió saltar para acomodar la pelota en el fondo de la red.

Los grandes esfuerzos del rojinegro en este mercado de pases rápidamente le están dando sus frutos al DT Mauricio Larriera.

Además de ellos, Rodrigo Fernández Cedrés también cumplió una destacada actuación en el mediocampo, mostrándose aguerrido en la recuperación y con un amplio despliegue para ocupar espacios, pero también versátil a la hora de acompañar el ataque.

El tiempo y los resultados señalarán el destino de este ciclo, pero lo cierto es que, a diferencia de muchos otros años, en este Newell’s comenzó haciendo las cosas bien.

Se designó como encargado de la secretaría técnica a alguien con conocimiento y experiencia y eso se tradujo en refuerzos clave, que no solamente estuvieron disponibles desde los primeros encuentros sino que todos son titulares y ocupando roles importantes dentro del equipo.

Junto a esa determinación, también se dio la elección de un técnico pragmático, con una propuesta ofensiva sin invenciones y una idea que rápidamente fue captada por los jugadores.

Si bien queda la sensación de que al equipo aún le falta recambio, algo que se nota a partir de la tercera modificación de cada partido, demasiado cambió la cara este Newell’s en relación con el del 2023, y está dando grandes primeros pasos para la construcción de algo nuevo.