Por Fabrizio Turturici

Newell’s se complicó solo y se fue con las manos vacías de su partido contra Argentinos en La Paternal, ya que no pasaba sobresaltos hasta la expulsión de Jonatan Cristaldo que lo hizo meterse muy atrás y lamentar el gol agónico de Lucas Villalba, hecho que lo deja con tres unidades en este arranque del torneo de la Liga Profesional.

Una primera mitad donde todas las buenas intenciones se esfumaron rápidamente al cabo de diez minutos. Así fue que la presión alta para ahogar la salida contraria, la intensidad ofensiva y las transiciones rápidas para encontrar desacomodado al contrincante, terminaron en un aburrido duelo de piernas fuertes en la mitad de la cancha.

De todas formas y teniendo en cuenta la cantidad de infracciones cometidas, todas las miradas estaban puestas en lo que pudiera ocurrir mediante la pelota parada, vía por la que la Lepra había conseguido los tres goles de su presentación, pero no inquietó más allá de un cabezazo de Lema que no tuvo ni potencia ni dirección para meterse en las redes.

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Por parte de Argentinos, su objetivo fue -en boca de su técnico Milito- jugar largo y apostar a la segunda pelota, circunstancia inmejorable para su atacante-pivot Ávalos. Pero los problemas defensivos de Newell’s no aparecieron, pese a la ausencia de Fernández, en la zona media del campo sino en los costados, a espaldas de sus laterales.

Es cierto que Sforza y Cacciabue no pudieron hacer pie del todo, pero la pasividad del Bicho a la hora de avanzar no significaba una preocupación para Gamboa. No obstante, el peligro más grave sobre su arco se lo originó solo, ya que Cristaldo se fue expulsado en el arranque del complemento y eso facilitó la tarea de ataque para el elenco local.

Aprovechando la superioridad numérica, el Bicho cambió su plan de juego y monopolizó la posesión del encuentro, moviendo el balón para encontrar un hueco en las replegadas líneas rojinegras. La cancha chica hizo que la dinámica se tornara de «metegol», encontrando siempre buenas respuestas por arriba y abajo, excepto en la última.

Newell’s se terminó volviendo a Rosario sin nada pero con una noticia que lo debe dejar tranquilo, ya que en ambos partidos demostró un cambio de actitud ganadora, en el primero para darlo vuelta y en el segundo para aguantarlo todo lo posible con un jugador menos. Es cierto, la pelota entró y la historia es otra. Ahora, a pensar en Estudiantes.