Por Santiago A. Fraga

Pura y exclusivamente de Newell’s dependerá si el golpazo de realidad que sufrió este lunes se puede convertir en una oportunidad para construir un equipo competitivo o si fue una muestra rápida de todo lo que puede padecer en el semestre.

Después de un arranque de ensueño, la ‘Lepra’ tuvo frente a Racing su primer gran examen, y la perfecta disposición táctica del equipo de Avellaneda terminó por evidenciar todos y cada uno de los errores que el rojinegro insinuaba en los primeros partidos y que quedaban tapados por los enormes resultados iniciales.

En su vuelta a casa, el equipo leproso no encontró ninguna respuesta, fue superado de principio a fin y perdió por 4 a 0 frente a los de Avellaneda, en un resultado que hace tiempo no se daba en el estadio Marcelo Bielsa.

Por primera vez en el campeonato, Newell’s se sintió incómodo en la cancha y no le pudo encontrar la vuelta en ningún momento al esquema que propuso Racing.

El 3-4-3 de Gustavo Costas le dio a la ‘Academia’ superioridad numérica en cada sector del mediocampo, como así también la posibilidad de poblar la línea defensiva apenas la ‘Lepra’ empezaba a formar la jugada, junto con la presión alta de su trío ofensivo para no darle tiempo de pensar al rojinegro.

Con la conexión con el medio cerrada, los de Avellaneda además propusieron una marca zonal y escalonada sobre Éver Banega, obligándolo a estar constantemente intentando encontrar un espacio que finalmente no apareció.

Incluso, en los pocos tramos en los que Newell’s fue peligroso y encontró algún resquicio para elaborar alguna jugada de peligro fue cuando logró salir de esa Éver-dependencia, generalmente con sus defensores o volantes intentando romper líneas con envío frontales para Juan Ignacio Ramírez.

Por otra parte, la imposibilidad de ejercer su contundencia ofensiva desnudó por completo una falencia que este Newell’s muestra desde los primeros amistosos de Larriera y que había pasado desapercibida por los buenos resultados, que es lo alto que defiende y lo expuesto que queda a los contraataques.

La disposición que plantea el DT uruguayo hace que el equipo juegue al límite en cada acción, y si bien Ian Glavinovich y Víctor Velázquez realizan esfuerzos sobrehumanos para volver y cortar en esas jugadas, cuando la ecuación se repite muchas veces se termina quedando expuesto a situaciones como las del segundo o el cuarto gol.

Como factor extra, si cabe, también está la suerte, expuesta tanto en el primer tanto del visitante como en las jugadas en las que la ‘Lepra’ increíblemente no pudo convertir, como la doble atajada de Gabriel Arias contra Banega y Ramírez y el cabezazo de Guillermo May que se fue por encima del travesaño.

Sin soluciones desde la táctica ni desde el banco de suplentes, tampoco en las individualidades el rojinegro pudo encontrar una alternativa para dar vuelta el resultado mientras todavía estaba en juego.

Con Banega anulado y Ramírez sin espacios, los de Larriera comenzaron a depender del protagonismo que tomaban sus otros actores, y allí salieron a relucir malos rendimientos de May y de Franco Díaz.

La sobrepoblación defensiva del cerrojo de Racing también afectó a Ángelo Martino y Armando Méndez, que generalmente suelen ser llaves para el ataque leproso y que hoy también se sintieron sin ideas ni profundidad ante la falta de espacios.

Ni Newell’s antes era el mejor equipo del mundo, ni ahora es el peor. Se sabía en la previa que este iba a ser un duro examen para el rojinegro, y si bien el resultado fue el peor posible, dependerá de Larriera y de los jugadores poder aprovechar el golpazo para darse cuenta de esas falencias que estaban en la sombra.

La suerte de la ‘Lepra’ y cuán lejos puede llegar, dependerá exclusivamente de cómo pueda afrontar esos problemas de cara al resto del campeonato, sabiendo que el plantel no tiene mucho más para ofrecer en cuanto a futbolistas y que los ajustes tendrán que hacerse principalmente desde lo táctico.