La Conferencia sobre el Cambio Climático debe ser una oportunidad para países en desarrollo, pero para ello esa transición debe ser justa y equitativa, asegura António Guterres, titular de la ONU, que pide acelerar todas las medidas necesarias para mantener a raya el cambio climático.

El Panel sobre Minerales Críticos de Transición Energética propuesto reunirá a gobiernos, organizaciones internacionales, industria y sociedad civil para desarrollar principios comunes y voluntarios que guíen a las industrias extractivas en los próximos años «en nombre de la justicia y la sostenibilidad».

António Guterres dijo «la extracción de minerales esenciales para la revolución de la energía limpia, desde parques eólicos hasta paneles solares y fabricación de baterías, debe realizarse de manera sostenible, justa y equitativa», afirmó el responsable de la ONU, quien añadió que la demanda de minerales, como el cobre, el litio y el cobalto, se multiplicará casi por cuatro de aquí a 2030.

«No podemos repetir los errores del pasado», con una explotación sistemática de los países en desarrollo reducida a la producción de materias primas básicas.

En el segundo y último día de la llamada Cumbre Mundial de Acción por el Clima, el segmento ministerial de la COP28, en el que los líderes mundiales han estado exponiendo sus estrategias nacionales, el secretario general también presionó para que se acelerara la acción por el clima, lo que ayudaría a compensar los retos a los que se enfrentan los países en desarrollo montañosos y sin litoral.

En una reunión de alto nivel de los países en desarrollo sin litoral (PDSL), el máximo responsable de la ONU destacó que éstos se encuentran en primera línea del cambio climático y afrontan una serie de impactos dramáticos: desertificación y sequías prolongadas, pérdida catastrófica de biodiversidad y rápido deshielo de los glaciares.

Según Guterres, no hay países en desarrollo sin litoral que sean grandes emisores, pero todas las naciones sin litoral están haciendo frente a los efectos negativos y devastadores de las emisiones descontroladas y el caos climático que provocan.

«Así que creo que tienen autoridad moral para decir a los grandes emisores, es decir, a los países del G20 que representan el 80% de las emisiones, que es hora de reducir seriamente las emisiones», para que los más de 500 millones de personas que viven en los países menos desarrollados no se vean tan afectados por los efectos acelerados del cambio climático y se beneficien de «los mismos niveles de bienestar que queremos para todos en cualquier parte del mundo», sostuvo el secretario general de la ONU.