El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamado a los bandos en conflicto a poner fin a las hostilidades, que han provocado el desplazamiento de más de 400.000 personas tanto a países vecinos como a otras regiones del país.
Los trabajadores humanitarios de la ONU señalaron este miércoles que los residentes también enfrentan situaciones que se van generando a causa del riesgo de colapso en el sistema de salud.
El anuncio llegó horas después de un ataque a un convoy de la embajada de Estados Unidos en Sudán, un asalto a la residencia del enviado de la Unión Europea (UE) y el bombardeo de la casa del embajador noruego, todo en Jartum, la capital del país árabe africano.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, les pidió a los líderes de las Fuerzas Armadas sudanesas y de las Fuerzas de Apoyo Rápido que cesaran inmediatamente las hostilidades e iniciaran un diálogo para resolver la crisis.
António Guterres señaló que el problema del clima “se acerca a un punto de no retorno” y al respecto del conflicto entre Rusia y Ucrania señaló que no ve “el final de la guerra en el futuro inmediato”.
El portugués António Guterres consideró que “es esencial resguardar la solución de dos Estados para evitar cualquier iniciativa que pueda poner en riesgo la solución de dos Estados".
En un comunicado, la ONU afirmó que da "la bienvenida" a esta operación que servirá para "aliviar las necesidades humanitarias y prevenir una pérdida catastrófica de cultivos en África", que se encuentra en este momento en plena estación de siembra.
António Guterres señaló que “por supuesto, la electricidad de Zaporiyia es electricidad ucraniana” y agregó que “este principio debe respetarse plenamente”. Alertó que "cualquier potencial daño” a la central nuclear “sería un suicidio".
El administrador designado por el Kremlin en esa región, Vladimir Rogov, dijo que el secretario general de la organización global “entiende perfectamente que la retirada” de sus equipos “deja indefenso un lugar que será dañado inmediatamente por los ataques ucranianos”.
El encargado de la administración regional tras la ocupación rusa en la región, Vladimir Rogov, expuso que “los ucranianos utilizaron sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple y artillería pesada para llevar a cabo los ataques”. El operador nuclear de Ucrania, Energoatom, señaló a Kiev.
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, consideró que Kiev cometió “otro acto de terrorismo nuclear”. Zelenski acusó a “los ocupantes” mientras el titular de la ONU dijo que fue “un acto suicida”.
El secretario general, António Guterres, remarcó el carácter inmoral de las facturaciones millonarias de dichas empresas, que superaron los 100.000 millones de dólares, "a costa del sufrimiento de la gente y de las comunidades más pobres".