Atilio Stampone, uno de los más influyentes músicos argentinos, falleció este miércoles a los 96 años. Fue el creador de grandes obras del tango y compositor de la banda de sonido de la película ganadora del Oscar, La historia oficial. Además, fue director de la Orquesta Nacional de Música Argentina «Juan de Dios Filiberto»

Nacido en el barrio porteño de San Cristóbal, con 16 años ya tocaba el piano en la orquesta de Pedro Maffia, su hermano mayor. Allí tuvo su primer contacto con el público. Tiempo más tarde, pasó a la orquesta de Roberto Dimas, que actuaba en el Café Marzotto de la calle Corrientes.

Orquestas dirigió muchas y propias, e integró como pianista otras destacadísimas, como la de Astor Piazzolla del 46 al 48, la de Aníbal Troilo y Pedro Maffia, entre otros.

Justamente Piazzolla, que lo convocó nuevamente para el Octeto Buenos Aires en 1955, y Horacio Salgán, fueron sus grandes influencias en los arreglos, para un músico que desarrolló sus propias ideas y conceptos y tuvo siempre un fino oído que lo unió a la tradición e historia del género.

Entre sus composiciones destacan obras como «Afiches», «Con pan y cebolla», «De Homero a Homero», «Desencanto» (todas con letras de Homero Expósito), «Viejo gringo» (dedicada a su padre), «Aguatero», «Cadícamo» (con letra de Enrique Bugatti), «Ciudadano», «Concertango», «El Nino», «El Tapir», «Fiesta de mi ciudad» (con letra de Andrés Lizárraga), «Fiesta y milonga», (milonga con letra de Eladia Blázquez), «Impar», «Mi amigo Cholo» (letra de Albino Gómez), «Mocosa» (letra de Andrés Lizárraga), «Para violín y piano», «Romance de tango» y «Un guapo del 900».

En 2003, fue distinguido con el título de Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y también fue Académico de Honor de la Academia Nacional del Tango, entidad desde la que compartió su historia y su saber en inolvidables veladas en las que recorría con conocimiento impar la historia de la canción porteña que lo tuvo como uno de sus protagonistas, creadores e intérpretes.

Se erigió en una de las figuras relevantes del tango del Siglo XX con una obra plural y diversa, donde pueden convivir tradición y novedad y donde se destacan también sus arreglos para los tres discos que grabó junto a Roberto Goyeneche.

Llega a la orquesta de Aníbal Troilo cuando Piazolla se desvincula y después es pianista de la orquesta de Astor entre 1946 y 1948, luego fue solista de Mariano Mores en teatros musicales y colaboró con Cobián.

Perón le facilitó en 1950 un beca para perfeccionarte en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma, pero estuvo solo un tiempo y prefirió seguir tocando, en una extensa gira por Europa y Asia, regresando al país en 1953, ocasión en la que se unió a otro grande del tango, el bandoneonista Leopoldo Federico, con el que fundó su primera orquesta, de gran suceso.

Para 1958 vuelve a ser convocado por Piazzolla para el mítico Octeto Buenos Aires, estando allí dos años hasta que lidera emprendimientos musicales propios. En 1964 inaugura Caño 14, famoso reducto del tango en una época no tan dorada, y ese año sale de gira por países de Europa del Este, Brasil y Colombia, durante seis meses.

En 1972, arma la orquesta típica Atilio Stampone e inicia históricas grabaciones con el Polaco Goyeneche.

Su actividad es inabarcable, diversa, permanente: en 1995 se presenta con el Ballet Argentino de Julio Bocca en Nueva York, y en los años siguientes sale de gira con la compañía del bailarín por Europa y Asia, estrenando en 1997 en el Luna Park su obra propia «Concertango», interpretada por Bocca y con coreografía de Ana Stekelman. En 2000 queda al frente de la Juan de Dios Filiberto, a la que dedicó todo su saber y calidad artística.