Los intendentes de las ciudades más importantes del país se reunieron durante la mañana y el mediodía de este lunes en Rosario, y presentaron ante autoridades nacionales diferentes propuestas para mejorar el sistema de transporte y realizar las obras públicas que cada localidad necesita.

La reunión se realizó en el marco de Encuentro Federal de Ciudades Capitales y Alternas y tuvo lugar en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) de Rosario, ubicado en cercanías de Sargento Cabral y el río.

Por parte de Gobierno nacional, se hizo presente el ministro del Interior, Guillermo Francos, como así también representantes del Ministerio de Economía, quienes analizaron con más de veinte intendentes la distribución de recursos, los subsidios al transporte y la ejecución de obra pública, entre otros temas.

Al llegar al encuentro, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, habló con los medios, entre ellos Conclusión, y adelantó que la reunión sirvió para “discutir lo que necesitamos en el vínculo con Nación, sobre temas muy concretos que hacen a la agenda diaria de nuestra gente y requieren acuerdos”.

El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, con el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el intendente de Rosario, Pablo Javkin.

Seguidamente, el mandatario rosarino celebró que el encuentro se realice en el interior y detalló que el temario abordado es “fundamental para transporte y obras”.

Previo a entrar al encuentro, Javkin fue consultado por Conclusión sobre qué cuestiones le iba a plantear a Francos, y respondió: “Es un temario bien puntual que tiene que ver con los temas de transporte, de obras públicas y financiamiento, de integración urbana. Para nosotros, los acuerdos que se están planteando a nivel nacional tienen que tener una mirada hacia la geografía del interior”.

“Hay desigualdades geográficas, esto se siente mucho en las ciudades. Cuando hablamos de obra de integración urbana, de infraestructura, de transporte y de agua potable, estamos hablando de cada una de las personas que viven en nuestras urbes”, cerró el intendente rosarino.

Por su parte, el intendente de Córdoba, Daniel Passerini, señaló: “No hay pedidos individuales. Tomamos una decisión cuando lamentablemente el Gobierno nacional decidió quitar los subsidios al transporte del interior. La necesidad nos unió y, en principio, nos encontramos en Córdoba, donde decidimos avanzar en los reclamos. Lo fuimos a ver a Francos y propusimos que la reunión fuera en Rosario, por la situación particular que atraviesa la ciudad”.

Daniel Passerini, intendente de Córdoba.

“Tenemos una expectativa de que en Argentina los intendentes que representamos al federalismo comencemos a plantear una agenda que exponga la asimetría en la distribución de los recursos y el parate de la obra pública”, añadió.

“El Estado nacional se ha retirado de muchas acciones que hoy quedan en manos de los intendentes, que no tenemos los recursos. Nosotros estamos todos los días al lado de la gente y tenemos que hacernos cargo de situaciones que no estaban previstas en nuestros presupuestos”, advirtió el mandatario cordobés, quien también valoró “la enorme predisposición” que mostró el ministro Francos.

En relación a las declaraciones del presidente Javier Milei, quien pidió que las provincias y los municipios también ajusten sus gastos, Passerini observó: “Nuestras cuentas fiscales están en equilibrio, no somos deficitarios. Estaría bueno que nos escuchen y que hablemos más porque por ahí las soluciones económicas pueden mostrar números redondos, pero la gente está quedando afuera, y así no hay ningún plan económico que subsista. Los intendentes en este marco de ajuste estamos muy cerca de los problemas y muy lejos de las soluciones”.

“Los intendentes no queremos ni inventar impuestos ni cargar sobre los usuarios un tarifazo. Hay una alternativa que vamos a plantear hoy, que tiene que ver con redistribuir el fondo que genera la Ley de Combustibles”, cerró el cordobés.

En este sentido, los mandatarios dejaron trascender que su idea es impulsar un cambio legislativo que permita redistribuir el impuesto a los combustibles líquidos –es decir, el tributo que cada ciudadano paga cuando carga nafta, gasoil o GNC– para que las ciudades tengan fondos propios con los que subsidiar al sistema de transporte.