El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, aspira a que Rusia, Ucrania, Turquía y Naciones Unidas alcancen un acuerdo esta semana para desbloquear el puerto de Odesa.
Según la agenda difundida esta jornada, el mandatario nacional también mantendrá un encuentro privado con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El comisario de Economía de zona euro, Paolo Gentiloni, matizó su declaración al considerar que el escenario no es de recesión. Esta postura también fue compartida por el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Formarán un grupo conducido por un representante de la Casa Blanca y otro en representación de la presidencia de la Comisión Europea. Las tareas del grupo se orientarán a diversificar el abastecimiento de gas natural licuado y reducir la demanda de ese combustible.
La titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que "la forma en que respondemos a lo que Rusia está haciendo determinará el futuro del sistema internacional".
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo que Occidente reaccionó de un "modo esperado" y que son “los que durante los últimos decenios se acostumbraron a atribuir a Rusia todas las desgracias y culparla de todo".
El tribunal expuso en un comunicado que “el análisis realizado por la Comisión es incompleto" y no permite establecer que las prácticas de la empresa "puedan tener efecto anticompetitivo".
Los diputados del país europeo habían aprobado la norma a principios de enero cuyo texto impide a las empresas externas al Espacio Económico Europeo tener una participación mayoritaria en los medios de Polonia.
La Comisión Europea estudia desde hace un tiempo la misma situación por la que fue sancionado el gigante tecnológico en cuanto al abuso de su posición dominante. La transgresión citada es al artículo 102 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
Ursula von der Leyen estimó que el tema “requiere un enfoque común”. Consideró también que no le cabe dar “ningún tipo de recomendación”, mientras que en un principio, el ministro de Relaciones Exteriores en funciones alemán, Heiko Maas, manifestó su oposición a adoptar esta medida, lo mismo que hizo República Checa.
El organismo dijo que para poder operar deberá adaptarse a la legislación alemana. El Nord Stream 2 está destinado a llevar gas desde Rusia hacia otras partes de Europa a través del mar Báltico.
El importe que deberá pagar el gigante tecnológico es de más de 2.400 millones de euros. El Tribunal General de la organización continental consideró su práctica de “naturaleza anticompetitiva” y que producía “efectos dañinos” en el mercado.