La administración de Macron anunció la decisión de prescindir de la votación parlamentaria para aprobar el proyecto, lo que generó las críticas de los sindicatos y la oposición política, encauzada en una masiva protesta este martes.
El presidente Emmanuel Macron aseguró que la medida otorgará "dignidad" pese a que diferentes asociaciones lo consideran como prostitución.
París fue testigo, como lo viene siendo en los últimos tiempos de la protesta a través de la cual las organizaciones de trabajadores exigen que no se reforme la ley de pensiones y que se abran “negociaciones constructivas”.
“Todo el mundo conoce las reglas. Fuera, por favor”, les ordenó el presidente, encarándose con las fuerzas de seguridad en la Ciudad Vieja, al igual que Chirac en 1996.
Los dos países habían acordado a principios de enero reunirse en Davos para tratar el tema de la fiscalidad de los gigantes digitales.
Los manifestantes protestaban en contra de la reforma de jubilación que ha causado una serie de huelgas y protestas desde el 5 de diciembre pasado en Francia. El mandatario y su esposa también debieron abandonar de urgencia una obra teatral.
Según las cifras recabadas por la Confederación General del Trabajo (CGT) francesa, marcharon alrededor de 370.00 personas en París, al tiempo que el Ministerio del Interior estimó 76.000 personas.
La medida de fuerza comenzó el 5 de diciembre y esta jornada superó al paro ferroviario de 1986-1987, que había durado 28 días.
La propuesta de reforma laboral de Macron, en la base de estas protestas y de las huelgas que desde hace semanas afectan en particular al transporte público, prevé la abolición de los regímenes especiales de las pensiones.
Nacidos como consecuencia del aumento de los precios de los combustibles, el grupo disidente luego incorporó una serie de demandas para mejorar las condiciones de vida, así como algunos sectores también llegaron a pedir la renuncia del titular del Palacio del Elíseo.
Macron sentenció que Europa se encuentra al borde del precipicio y necesita empezar a pensar por sí misma en términos estratégicos como una potencia geopolítica, ya que de otra manera no tendrá más el control de su destino.
El presidente francés criticó hoy la falta de coordinación entre los socios y sostuvo que la alianza militar tiene que definir cuál es su "finalidad estratégica" si no quiere desaparecer.