Ante el inminente fin del Gran Debate Nacional -encuentros entre administraciones y ciudadanos organizados por el Gobierno como respuesta al descontento social-, los chalecos amarillos querían convertir este fin de semana en el "acto definitivo".
El evento fue el más compartido en las redes sociales, especialmente por figuras del movimiento como Priscilla Ludosky y Maxime Nicolle, convocados para instalarse en el Campo de Marte, al pie de la Torre Eiffel, todo el fin de semana.
En ese país, desde el comienzo de las manifestaciones de los "chalecos amarillos" el 17 de noviembre, la Inspección General de la Policía recibió un centenar de denuncias de violencia policial.
Varios cientos de personas se concentraron en el Arco del Triunfo y desfilaron por 12 km bajo una fuerte vigilancia policial. También se organizaron marchas en otros puntos del país.
Con este movimiento social los manifestantes marcan la semana 16 de protestas contra la política económica del presidente galo, Emmanuel Macron.
El número de delitos antisemitas denunciados a la policía pasó de 311 en 2017 a 541 en 2018, después de haber caído durante dos años.
La cadena se quiere concentrar en la venta de alimentos. Los otros rubros serán dados a terceros dentro de sus mismos locales.
El movimiento, en sus inicios apoyado por una mayoría de franceses, constituyó la peor crisis que tuvo que afrontar Macron desde su elección en mayo de 2017.
Se planifican eventos en París, Burdeos, Rennes, Clermont-Ferrand, Lille y Chambord.
Un grupo de personas pintó esvásticas en 90 tumbas de un cementerio judío en aquel país.
Las protestas se realizan también en al menos una veintena de ciudades francesas, informaron la agencia EFE y el diario la Vanguardia de Barcelona.
La Justicia de Francia abrió una investigación contra el embajador del Vaticano en ese país, cardenal Luigi Ventura, por una presunta agresión sexual contra un joven empleado de la Municipalidad de París.