El fallecimiento de la entrañable e invalorable docente fumigada Ana Zabaloy, nos debe interpelar en profundidad. El camino digno y consciente de los educadores rurales, se debate entre la soledad, persecución y descalificación de los poderosos, sumado al silencio cómplice de una sociedad fracturada.
El campo motoriza su vida económica, por ende las contradicciones y encrucijadas, juegan un papel preponderante en zonas rurales. Conclusión recabó testimonios de aquellos que se resisten en un territorio hostil.