Rusia y Ucrania suman entre los dos casi un tercio de la producción mundial de trigo, durante el comienzo de la invasión su valor se disparó hasta 500 dólares la tonelada para estabilizarse luego en 400.
Ambos países tienen una disputa territorial que data de la Segunda Guerra Mundial. Desde el país nipón estimaron que el Kremlin intenta trasladar el problema con Ucrania a las relaciones nipo-rusas y que ello es "extremadamente injustificado y absolutamente inaceptable".
Es una respuesta a las sanciones de Tokio contra Rusia por la situación en Ucrania.
Se caracterizó por una suba del 5,8% de la superficie sembrada y de un 8,1% en los rendimientos obtenidos, a lo que se añade el aumento del precio internacional tanto para el aceite como para el grano.
El presidente de Ucrania comparó la situación de su país con el holocausto y por ello no recogió la aprobación esperada de parte de miembros del Ejecutivo como del Legislativo israelí, como así también del líder del Partido Sionista Religioso.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que “primero se necesitaría llevar a cabo una labor preparatoria, celebrar las conversaciones (entre las delegaciones rusa y ucraniana) y analizar sus resultados".
"Ningún euro para los ocupantes, ciérrenle todas sus puertas, no le envíen sus bienes, rechacen los recursos energéticos", pidió el presidente ucraniano y agregó: "Sin comercio con ustedes, sin sus empresas y sus bancos, Rusia no tendrá más dinero para esta guerra".
El ataque destruyó una reserva de combustible al sur de Ucrania, como había ocurrido este sábado con un arsenal subterráneo.
El director del Centro de Investigaciones en Política y Economía analizó el panorama geopolítico internacional en el marco del conflicto armado en Ucrania y señaló que no se trata de un hecho aislado sino una confrontación entre el multipolarismo que emerge y cuestiona es status quo occidental.
El coordinador de emergencia para Ucrania del Programa Mundial de Alimentos, Jakob Kern, dijo que se encuentra "preocupado por el efecto del conflicto en la seguridad alimentaria global".
El mandatario chino también consideró que sus países "no solo deberían desarrollar sus relaciones bilaterales por el buen camino, sino compartir la responsabilidad internacional a la hora de mantener la paz en el mundo".
Son 400 efectivos que habían sido prometidos por el secretario de Estado del país norteamericano Antony Blinken. El presidente del país báltico, Gitanas Nauseda, aseguró que la cantidad “aumentará en el futuro”.