Las obras en el Aeropuerto Internacional “Islas Malvinas” contemplan nuevas cintas de equipajes, escaleras mecánicas, ascensores, ampliación de área de embarque y nuevas oficinas; así como también puentes fijos, edificio pivot y dos mangas.
Las compañías aéreas estadounidenses Delta, United y American Airlines son algunas de las afectadas. El servicio aéreo también corre con la misma suerte en algunos aeropuertos como en Reino Unido, Países Bajos, España, Turquía, Australia y República Checa.
El Ejecutivo impulsó esta medida con el argumento de que brindará mayor conectividad y eficacia a la actividad aérea, gracias al arribo de nuevas empresas.
Tres gremios de la actividad llevaron a cabo la medida de fuerza que tuvo una duración aproximada de dos horas. Por ello, varios vuelos fueron cancelados y otros desviados del destino original. Intercargo, la empresa del servicio de rampa, también realizó protestas.
Mendoza, Bariloche, Neuquén, Salta e Iguazú son algunas de las nuevas posibilidades, además de los vuelos inetrnacionales.
La compañía aérea vuelve a operar en la región luego de cuatro años en el marco del plan provincial orientado a ampliar la oferta de viajes tanto internacionales como nacionales. Buscan impulsar el tráfico turísitico.
Según informó el sindicato, la retención de tareas será de 3 a 6 horas por día debido a que como la actividad es un servicio esencial, deben garantizar un mínimo del 45 % de su funcionamiento.
La postura de los proveedores es concordante con el giro político del Gobierno nacional argentino, que desde la asunción del presidente Javier Milei determinó un fuerte alineamiento con Estados Unidos.
El director de la empresa, Fabián Lombardo, les mandó a los trabajadores un comunicado en el que destacó que la Aerolínea no pudo revertir su déficit, por lo que habrá que tomar “decisiones difíciles”. No obstante, no informó cuáles serán esas medidas.
La decisión se tomó luego de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, le advirtiera al mandatario sobre "ciertos riesgos" que tiene el hecho de continuar viajando sin custodia de la Casa Militar.
"Este achicamiento de Aerolíneas Argentinas implica una pérdida de soberanía que tiene efectos concretos en la destrucción de trabajo argentino", afirmaron desde los gremios.
La compañía estatal aduce que la ruta generaba pérdidas y ratifican el proceso de búsqueda de rentabilidad en los servicios.