El pasado 22 de octubre, tras 116 días de paro, los trabajadores y trabajadoras de la Agencia Telam decidieron levantar la medida de fuerza a la luz de los fallos judiciales que ordenaron la reincorporación de 260 de los trabajadores despedidos. Sin embargo los gremios advirtieron que el conflicto continuaba y se decidió mantener el estado de asamblea permanente hasta tanto se defina todo el proceso judicial y las reivindicaciones pedidas por las entidades gremiales.

A poco de cumplirse un mes de la decisión de la asamblea, la situación de la más importante agencia de noticias del país sigue siendo incierta y, según relató uno de los delegados gremiales a Conclusión, se percibe incertidumbre y vientos de duro ajuste.

«Aquí en Telam funcionan dos sindicatos, el SiTraPren, que es un sindicato de empresa y el SiPreBa que es el sindicato de ramo de toda la ciudad de Buenos Aires y del conurbano. El  22 de octubre decidimos suspender la medida de fuerza luego del fallo judicial que reintegró a sus puestos a 138 trabajadores que se sumaron a los ya reincorporados», explicó Ariel Bargach, delegado de SiPreBA.

Bargach detalló: «Hubo 354 despedidos, de los cuales hay que descontar alrededor de 100 que decidieron aceptar la indemnización e irse.Del grupo de 250 están representados entre los dos sindicatos. En cuanto a las cautelares presentada por SiPreBa somos optimistas y viendo los cinco fallos de segunda instancia que han sido favorables, creemos que los 138 restantes seguirán la misma línea».

«Un ajuste muy, muy grosero»

Al momento de conocerse la decisión de la Justicia, las expectativas fueron inmensas. Tanto la de los hombres y mujeres que festejaban el hecho de volver a sus trabajos, como la de un amplio sector de la sociedad que veía con preocupación el derrumbe de Telam. Sin embargo, esas expectativas están lejos de la realidad que a día de hoy vive la agencia.

«En lo que tiene que ver con el servicio y el trabajo en sí, el fallo de las cautelares que dice que se debe restituir el trabajo no se está cumpliendo, afirmó Ariel Bargach categóricamente. «Por ejemplo, el servicio de radio no empezó a funcionar. Nada de nada. De hecho, se llevaron algunos equipos. Y circuló un mail interno en el que se avisa a los trabajadores y trabajadoras de la radio que se les permite no venir. Directamente no fichar. Las autoridades consideran que con el mail que mandaron diciendo que estaba a disposición el trabajo ya cumplieron. Pero es lo mismo que decirles no vengan que no sabemos que hacer con ustedes», enfatizó el delegado gremial.

En cuanto a la sección audiovisual, el dirigente de SiPreBa señaló que «funciona a medias». «Una parte  la mudaron a Tecnópolis, donde funcionaba esta agencia paralela que nosotros denunciamos en su momento. Se llevaron algunos editores para allá y otra parte quedó en el edificio de San Telmo. Lo más complicado, y esto pasa también con la cablera, es que la jerarquía está allá en Tecnópolis y la tropa, los redactores, cronistas, camarógrafos, estamos en el edificio de San Telmo. Entonces ¿cómo funcionar cuando tenés a tus jefes, a tus superiores tan lejos y no hay contacto directo? ¿Cómo funcionar si el único sistema de comunicación es un slack, un sistema absolutamente antiperiodístico?», se pregunta Bargach.

También te puede interesar: “Son correos de bienvenida al tren fantasma porque te das vuelta y ves que no quedó nadie

En ese mismo sentido, señaló lo complicado que es tener que mover  cronistas o móviles desde Tecnópolis, que está bastante lejos del centro neurálgico de donde suelen ocurrir todas las cosas en Buenos Aires. Eso complica el funcionamiento y las coberturas en todos los aspectos.

«Podría decirse – afirmó el delegado – que de los tres sectores,  la cablera es lo que más o menos normalizó su servicio. Y el más o menos es porque la mesa de edición sigue funcionando a 30 kilómetros de donde estamos los redactores. Entonces el contacto directo no existe. En otros sectores es mucho más complejo, como archivo fotográfico, radio y algunas corresponsalías».

En cuanto a las corresponsalías, Bargach explicó que se puso en marcha un proceso de mudanzas y de cerrar oficinas para bajar los gastos y dejar de alquilar. A muchos los mandaron a trabajar a sus casas a muchos corresponsales y por otro lado lo que se planea es que Telam tenga oficinas en sedes de Radio Nacional en cada capital de provincia. Lo que no parece descabellado, si se garantizan las oficinas con Internet, televisores y lo que se necesita para trabajar. Lo que pasa es que esto se puso en marcha a los ponchazos y muy desorganizado. Y en el medio tenés corresponsalías cerradas. No es que se puso en marcha el plan, se organizó, se puso un día para la mudanza y listo. No, se hace todo improvisadamente».

Con este escenario, el dirigente gremial sostiene que «el proceso de vaciamiento continúa y también, se ha logrado frenar un poco». Y explica esa contradicción: «Creo que se lo estamos haciendo difícil, pero no caben dudas que el fin último es el vaciamiento. Si se atiende a los sectores que eran importantes, vitales para los abonados, como era la radio o el servicio audiovisual, o las corresponsalías. Si no es un vaciamiento se le parece mucho. Es un ajuste bestial y un achicamiento muy, muy grosero. O sea que Telam deje de dar todos los servicios que daba y se termine limitando a una cablera de poca información. Y aún en la cablera se toman decisiones que van en sentido absolutamente contrario a cualquier lógica periodística y a cualquier lógica de agencia. Que uno no tenga a sus jefes enfrente, porque a los superiores de cada sección los van a trasladar también a Tecnópolis, a 30 kilómetros a un lugar donde no hay ni un teléfono. Y para tener cualquier tipo de comunicación dependemos del slack, que es un sistema de comunicación que no tiene nada de inmediato…Se parece a un vaciamiento. Lo que choca con el discurso de ellos de la profesionalización, de que vamos a ser la BBC de América Latina y esas cosas».

El aspecto judicial

De los 354 despedidos, alrededor de 100 trabajadores arreglaron su retiro. En tanto 250 aproximadamente recurrieron a la Justicia, con las dos representaciones gremiales, SiPreBa y SiTraPren.

El camino judicial logró fallos favorables en primera instancia pero en segunda instancia la situación parece más complicada. Al menos según la apreciación de Ariel Bargach.

«SiTraPren utilizó el argumento de la discriminación. Lograron algunos fallos favorables en primera instancia de reincorporación, pero ellos ya tuvieron algunos fallos desfavorables en las apelaciones en los que se desestimó ese argumento,  explicó Bargach.

«Los argumentos utilizados por SiPreBa apuntaron a que la empresa no inició el proceso de crisis antes de los despidos y,  teniendo en cuenta los que han salido favorables, creemos que los restantes seguirán ese mismo camino».

Teniendo en cuenta la situación judicial, los dirigente de SiPreBa suponen que las autoridades de la agencia están esperando esas definiciones para sentarse a hablar más definitvamente.

«Creemos que la empresa está esperando que se despeje el camino judicial, que salgan los fallos de segunda instancia de todas las cautelares, para un lado o para el otro.Recién ahí van a tener un panorama claro de la gente que está adentro y ver para donde avanzan. Y creo que la negociación en serio con las representaciones gremiales va a empezar a cuando se aclare este panorama judicial. En algunas reuniones ellos deslizaron algo así. Y pareciera que eso es lo que se está haciendo, pero claro, en el medio se siguen tomando decisiones que repercuten inevitablemente en el trabajo periodístico», cerró Bargach.