En una más que tensa jornada, este miércoles se realizó la segunda reunión por el Proceso Preventivo de Crisis (PPC) de la multinacional francesa Carrefour. El encuentro tuvo lugar en la sede del Ministerio de Trabajo y participaron del mismo representantes del gremio mercantil, directivos de la empresa y funcionarios del de la cartera. En tanto, en la calle unos dos mil empleados de la firma, detrás de la conducción de Ramón Muerza, el secretario de Organización del gremio mercantil pedían que no haya cierres ni despidos.

Según publicó el portal Infogremiales, desde el Ministerio de Trabajo confirmaron que este miércoles quedó formalmente habilitada la crisis de Carrefour, pero que aún no había información sobre un acuerdo de partes, por lo tanto ya corre el Proceso Preventivo de Crisis.

Por su parte, con un comunicado que le hizo llegar a la prensa, Armando Cavallieri ya aventura un plan de retiros voluntarios al 150% para reducir puestos de trabajo en Carrefour.

Sin embargo, los empresarios aún no confirmaron esa alternativa. La razón sería, según Infogremiales, que piden garantías sobre qué sucederá si no logran sumar la cantidad de empleados que ellos estiman en el plan de retiros voluntarios. Pero, detrás de esa discusión  se esconde una puja más de fondo que excede a la firma francesa, y abarca a todo el sector supermercadista que presiona por bajar los costos laborales.

Se trata de la renovada presión de las cámaras de la actividad para avanzar en su agenda de reclamos, con eje en el impuesto a los ingresos brutos y las cargas laborales, a cambio de que no haya una ola de despidos en un rubro que se autopercibe como uno de los “perdedores” del modelo de Mauricio Macri. También hablan de una reducción salarial de un 20%.

En la calle, los casi dos mil empleados liderados por Muerza le metieron presión adicional a Cavalieri. Es que buscan ser parte de la mesa de negociaciones, como representantes de los establecimientos en conflicto y únicos capaces de proporcionar paz social, y quieren garantías de que no haya despidos, ni cierre de las sucursales.

La idea que rondaba en torno al secretario de Organización mercantil, que se prepara para enfrentar electoralmente a Cavallieri, era un entendimiento, siempre y cuando la firma gala retire el PPC. En caso de que la empresa tenga ese gesto, aceptarían el plan de retiros voluntarios al 150%, con garantías de reconvertir 16 locales en mayoristas y reubicar a los empleados de los establecimientos alquilados, que irían a un cierre irremediable.