Con 74 años, falleció Víctorio Paulón, secretario de Derechos Humanos de la CTA de los Trabajadores y referente histórico de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). “Una figura central del sindicalismo combativo”, destacaron desde el gremio COAD.

Asimismo, la entidad gremial recordó que Victorio “tuvo un rol destacado en el Villazo”, la huelga general de 60 días que tuvo lugar en Villa Constitución entre marzo y mayo de 1975.

En esa línea, la COAD destacó momentos clave en la vida del recordado sindicalista: fue encarcelado el 1° de mayo de ese año y estuvo en prisión hasta 1981. Tras un año de exilio en Francia, retornó en la antesala a la recuperación de la democracia y continuó su militancia en la UOM de Villa Constitución.

Más cerca en el tiempo, declaró en la causa Díaz Bessone y en la causa Feced II, sobre el secuestro y desaparición de su hermano y fue parte del colectivo que impulsó las causas por la represión en Acindar y en el denominado Villazo, el 20 de marzo de 1975.

“Despedimos a un valioso compañero, incansable militante de las causas de lxs trabajadores y el pueblo. Compañero Victorio, ¡hasta la victoria”, cerró el gremio de docentes de la UNR.

Palabras del docente Lisandro Parente

Con inconmensurable tristeza despedimos a nuestro compañero y amigo Victorio Paulón, histórico militante metalúrgico. Victorio fue parte del movimiento obrero de Villa Constitución que, con una profunda convicción antiburocrática y en estrecha solidaridad con la comunidad villense, llevó adelante las luchas sindicales, con paros y toma de plantas, que tuvieron su punto más alto en la histórica movilización del 16 de marzo de 1974: el Villazo. Sufrió la persecución, los largos años de cárcel y el exilio, para volver a la lucha gremial desde la recuperación democrática con las mismas convicciones.

En más de 50 años de militancia sindical fue respetado y querido como pocos, aún por muchos de aquellos a los que incomodaba, y sin embargo nunca buscó el reconocimento personal ni los bronces. Entendía que las luchas y las conquistas son colectivas como son colectivos los pesares y las derrotas.  Colectivo fue el accionar obrero y de la comunidad en Villa Constitución, colectiva fue la resistencia en la cárcel, colectiva la recuperación del sindicato en los 80 y colectivas las luchas que siguieron hasta hoy. Hasta fueron colectivos los testimonios que se plasmaron en valiosísimos libros como «Del otro lado de la mirilla (sobre los presos políticos en Coronda)» y «Pichi» (sobre su amigo y compañero Alberto Piccinini).

Una cruel enfermedad se lo llevó este 5 de mayo.  Una compañera señalaba que pronto se llevará adelante el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en 1975 en Villa Constitución. No será lo mismo sin Victorio. En las palabras de otro viejo compañero: se fue un pedazo enorme de nosotros. Pero es mucho lo que queda.

Victorio es sin dudas un imprescindible del movimiento obrero argentino. Lo decimos así, en presente, porque nos acompaña su ejemplo de lucha, compromiso, solidaridad y coherencia. Ahora y siempre.