La Organización de Trabajadores Radicales –OTR-fue incorporada a la Carta Orgánica de la UCR en 1991 en la Convención Nacional realizada en la ciudad de Bariloche. Desde ese momento los trabajadores radicales forman parte de la estructura formal del partido como así también de su conducción, siendo elegida por primera vez el 21 y 22 de Noviembre de 1992 en la ciudad de Posadas, Misiones. A lo largo de estos años ha trabajado por la democratización real del movimiento obrero organizado, y para ello propone encarar una reforma integral de las leyes que reglamentan el ejercicio sindical y el reconocimiento de otros actores en el escenario gremial argentino, con el fin de terminar con el unicato como sistema de representación gremial.

En el escrito, los firmantes sostienen que ya transitaron «el tan mentado segundo semestre y los trabajadores del país lo recibimos con un tarifazo/sobre nuestros vapuleados bolsillos, por lo que habría que preguntarse una vez más ( y van…) si la salida a esta crisis la vamos a pagar (…una vez más?) todos los trabajadores o serán los sectores económicos más concentrados y las corporaciones las que afronten desde el amplísimo margen de ganancias o en su defecto desde la especulación financiera o de los beneficios de la exención minera , los que al menos, equilibren la balanza en beneficio de los sectores más vulnerables y de aquellos que dinamizan la economía cotidiana. Esto ya lo veníamos anticipando desde la organización».

Y manifiestan no estar equivocados «aunque somos conscientes del origen de esta situación, los métodos y las formas para paliar esta coyuntura son responsabilidades ineludibles, como así también sus efectos, de las actuales autoridades electas por el voto de la ciudadanía. Y como radicales, somos respetuosos de esa voluntad popular.Pero hay que empezar a poner blanco sobre negro, o mejor dicho rojo y blanco sobre amarillo».

Sin embargo, apuntan ser «escépticos de que sea el poder económico, el que absorba en mayor medida los costos demandados para ver siquiera la luz al final del túnel,si no existe voluntad política desde el Estado para que esto suceda. Las medidas en general y aun estas últimas, adoptadas pareciera en un contexto de laboratorio como muestras de ensayo de prueba y error, evidenciando una peligrosa imprevisibilidad, acortando los márgenes de maniobra y fundamentalmente desnudando la falta de políticas a largo plazo, no hacen más que acentuar la conflictividad social y acrecentar el malestar de la clase trabajadora.

Aun así y ante este cuadro de situación, los trabajadores radicales seguimos insistiendo en una profunda reforma impositiva.

A pesar de no haberse generado expectativas ciertas para el corto y mediano plazo, acompañamos orgánicamente aquellas cuestiones que impactaron de manera positiva en la sensibilidad social: la lucha contra la corrupción estructural del Estado tras doce años de populismo, la devolución de un porcentaje del IVA sobre los productos de la canasta básica familiar para los jubilados y los beneficiarios de la AUH, el pago (aunque no de acuerdo a la sentencia de la CSJ sobre el 82%) de las deudas históricas a parte del sector pasivo, el reintegro de lo retenido por índices de coparticipación y que fuera sujeto de prebendas y clientelismo político por parte de las gestiones anteriores.

Y seguiremos acompañando y como lo expresara nuestra conducción nacional al Presidente del Comité Nacional de la UCR, en el marco de una reunión informal y a través de un Documento toda aquella “…Legislación o intento que opere a favor del sector del trabajo y que evite situaciones de despido…”y en ese mismo sentido”…entendemos que debería ampliarse la visión con una ley de empleo que contenga a los jóvenes que no consiguen trabajo y a los mayores de 50 que dejen de tenerlo.

”Por otra parte “…también nos resultan con sabor a casi nada las decisiones tomadas respecto al impuesto a las ganancias, así como nos genera profunda alarma la no contención de la inflación, el crecimiento de los despidos y la pobreza, observando que el esfuerzo y el Costo por las decisiones que el mismo gobierno ha tomado hasta ahora, y que como siempre, recaen sobre el sector del trabajo y no sobre el Sector Empresario o las multinacionales mineras, bancos o las grandes cerealeras. Hasta pareciera que está bien que las multinacionales extraigan y se lleven fuera del país gratis nuestros recursos naturales y a un sector de trabajadores (25% trabajadores formales) y jubilados le confisquen parte de su salario con el impuesto a las ganancias.

Además señalan que «llama poderosamente la atención, aunque no nos extraña, que nuestros legisladores nacionales, provinciales y municipales, salvo contadas excepciones, no realicen ningún tipo de consulta o ni siquiera busquen vías de dialogo con la Organización para la elaboración de proyectos en materia social o referenciados al mundo del trabajo y en virtud de derechos o conquistas laborales. Eso sí, después esperan nuestro acompañamiento a los mismos y más aún en épocas electorales. Esto, sumado al ninguneo permanente por parte de algunas autoridades partidarias, mellan la relación entre el brazo sindical del radicalismo y aquellos que dicen representarnos ante la sociedad. Al que le caiga el sayo que se lo ponga.Por suerte, de representación, de luchas y de elecciones entendemos bastante, en virtud de nuestro ámbito natural de militancia que es el gremial. Ahí hacemos radicalismo. No en el café.

Y propusieron a sus afiliados seguir «insistiendo en la falta de debate interno para terminar de definir cuál es o cual sería de aquí en adelante el rol como partido en esta “coalición legislativa”, como les gusta decir a ciertos legisladores (en voz baja por supuesto) para no hacerse cargo de que otros correligionarios forman parte de este gobierno nacional. Vamos agotar todas las instancias para que eso suceda y, e instamos en ese sentido a la urgente reunión de los congresos y convenciones Provinciales y de la Convención Nacional».

Y condenaron no querer «una UCR manejada solo por un grupo de Dirigentes, queremos una UCR de todos, que sea barrera de contención, que sea el instrumento que aporte el progresismo en esta etapa que vuelve la Argentina, debe ser quien resguarde a los más desprotegidos, jubilados y trabajadores».

Y llamaron a los dirigentes y autoridades partidarias a no olvidar «que existe un Radicalismo Social. El que no abandonas las calles y menos enrolla las banderas. Así que no tengan dudas donde nos pueden encontrar cuando se avance en contra de nuestros derechos laborales y sociales conquistados a través de luchas históricas, sin importar el signo político del gobierno que los avasalle».

Siempre del lado de los trabajadores.

Por último, “Debemos luchar por el hombre mismo, porque es la evidencia humana la que hace bambolear los tiranos y falsos dioses. Y si no sabemos con seguridad que nuestra verdad es la verdad, sabemos bien, en cambio, donde está la mentira.”(Arturo Illia), concluyeron.