Sobre un trabajo de Katharina Buchholz

En los últimos 20 años disminuyó la afiliación a sindicatos en los países desarrollados. Según una investigación de la periodista Katharina Buchholz, en Estados Unidos la densidad sindical era del 20,1% en 1983, mientras que actualmente la cifra se encuentra por debajo del 10%, lo que evidencia que cada vez menos trabajadores están protegidos gremialmente.

En relación a los motivos que llevaron a este declive, la comunicadora que escribe en el medio Statista apuntó contra periodos de crecimiento económico, en los cuales la población trabajadora consideró que los sindicatos eran innecesarios. También ayudaron a la merma en afiliaciones los cambios tecnológicos, las reformas laborales y la difícil situación que afronta el sector fabril.

No obstante, los últimos años se caracterizaron un por una caída en los salarios –que repercutió negativamente en el poder adquisitivo de los trabajadores– y por un crecimiento de la desigualdad económica. Esta situación llevó a que muchos empleados vuelvan a confiar en los sindicatos como instituciones que permitan llegar a acuerdos para mejorar las condiciones laborales.

No obstante, la situación en los diferentes países desarrollados es dispar en materia de afiliaciones sindicales: según datos recopilados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD por sus siglas en inglés) durante el 2020, Islandia lideraba la tabla de afiliaciones con una tasa del 92,2%, mientras que Estonia se ubicó en el último lugar, con un 6%.

En Suecia, en tanto, la tasa de membresía sindical fue de 65,2%; en Bélgica del 49,1%; en Italia del 32,5%; en Canadá del 27,2%; en Irlanda del 26,2%; en el Reino Unido del 23,5%; en Japón del 16,8%; en Alemania del 16,3%; en Australia del 13,7%; en México del 12,4%; en Corea del Sur del 11,6%; en Estados Unidos del 10,3%; y en Turquía del 9,9%.