La firma de camiones Iveco no es la excepción al derrumbe de la industria automotriz nacional. Según trascendió en las últimas horas la fábrica cordobesa de la compañía sólo abrirá durante 10 días en marzo, lo que implica la suspensión de alrededor de 900 operarios.
Iveco posee el centro industrial de la localidad cordobesa de Ferreyra hace 50 años, y por los conflictos que arrastran desde el año pasado, proveedores trasladaron su preocupación al gobierno nacional.
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Esto se debe a que la caída en la participación de la marca en el mercado se suma a la agresiva política comercial y de financiamiento de la competencia brasileña, de fuerte presencia en el rubro.
Según datos del sindicato que nuclea a los trabajadores automotrices, “no solo hay suspensiones, sino que también la fábrica tiene en marcha un plan de retiros voluntarios para empezar a reducir la plantilla de personal”.
En 2018, el titular del gremio de los mecánicos (Smata), Ricardo Pignanelli, había advertido que «en los próximos meses se van a perder 15 mil puestos de trabajo en el sector automotriz».
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En tanto, desde el sector empresarial, el presidente de Adefa, Luis Fernando Peláez Gamboa, adelantó que el «desempeño de enero, con el arrastre de diciembre, lleva a ser muy prudentes respecto del comportamiento que tendrá el sector en el año».
Las cifras no son nada alentadoras en el inicio del año, cuando ingresamos al cuarto trimestre recesivo. En enero, las ventas mayoristas al mercado interno se desplomaron más del 50% en comparación con igual mes del año pasado y la producción se desplomó 32%, entre otros registros magros.
