La cadena de electrodomésticos Ribeiro se presentó en convocatoria de acreedores para tratar de ordenar su pasivo y encontrar inversores y financiamiento que le permita continuar la actividad.

Ribeiro, fundada hace 110 años y conducida por la tercera generación de la familia, llegó a tener 83 sucursales y 2.000 empleados, pero en la actualidad sólo tiene un local abierto en Mataderos, y menos de la mitad de los empleados.

El sociólogo Manuel Ribeiro, dueño de esta cadena fundada en San Luis, anunció que “la decisión no fue fácil, para una empresa familiar con más de 110 años de existencia, que junto al país superó innumerables crisis económicas y financieras”.

Actualmente el personal de administración cobra los sueldos en cuotas y el de los locales hace tres semanas que no recibe salarios, y le adeudan tres meses, aguinaldo y actualización de sueldos.

>>Te puede interesar: Otra cadena de electrodomésticos en crisis: Ribeiro dejó de pagar sueldos y busca comprador

La crisis de la empresa se agravó a partir del 2019, cuando pidió el Procedimiento Preventivo de Crisis, cerró locales y despidió trabajadores, y comenzó a buscar un socio que capitalizara su actividad.

El propio Ribeiro escribió una carta contando el paso a paso, que obligó a la empresa a pedir la medida. En la misiva, que relata los pormenores de la crisis, el empresario adjudicó la caída a la devaluación de 2018 y las altas tasas de interés de inflación “en contraposición a la baja en el poder adquisitivo de nuestro cliente promedio, que afectaron de manera ostensible la venta, y por ende la situación económica y financiera de la compañía”.

Además, Ribeiro estimó que “la convocatoria nos permitiría la posibilidad de seguir vivos como compañía para intentar la recuperación, y así poder intentar volver a la normalidad”.

Hace pocos días la compañía cerró las dos sucursales que quedaban en Posadas y la más histórica de Almagro, donde tienen las oficinas centrales.

>>Te puede interesar: Garbarino cerró «por tiempo indefinido» y desde Rosario piden que intervenga el Gobierno

Así, Ribeiro se suma a las dificultades exhibidas por otra cadena líder de mercado, Garbarino, cuyos 3.800 empleados hace tres meses que no cobran el sueldo, mientras que este miércoles habrá una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo.

La crisis no afloja

En su carta, Ribeiro agradeció el esfuerzo del personal y el acompañamiento de los clientes, y señaló que la compañía “siguió tratando de superar la crisis que exponencialmente agravó el Covid-19, gracias al esfuerzo inclaudicable de sus empleados, gerentes, directores, y el compromiso de sus accionistas, quienes invirtieron en la sociedad casi US$ 20 millones entre 2018 y 2019”.

En tanto, Ribeiro detalló que la falta de stock perjudicó su negocio on line y que durante dos meses no pudo conseguir créditos en bancos privados ni oficiales, porque no le aceptaron en garantía uno de los principales activos de la compañía, el moderno Centro de Distribución de la localidad bonaerense de Spegazzini.

Además, agregó que a fines del 2020 intentó “estructurar un fideicomiso de garantía con el mismo activo en garantía y uno de administración de flujos, con un Fiduciario de reconocido prestigio”, pero aclaró que momento que atravesaba el país “jugó en contra”.

Ribeiro dijo que el concurso de acreedores “no es el fin, sino por el contrario un mecanismo que nos da la ley para ordenar la compañía y continuar la búsqueda de inversores y financiamiento que nos permitan volver a tener una compañía operativamente rentable y que pueda cumplir con todos los acreedores en el tiempo que se requiera, y conservar la mayor fuente de trabajo posible”.

El empresario pidió disculpas y solicitó un “voto de confianza”, al señalar: “Ya hemos demostrado en los pasados 100 años nuestra vocación de hacer negocios con ética y visión de largo plazo, una de las claves para el buen funcionamiento de Ribeiro”.