La CGT acordó este martes aplacar las tensiones internas para evitar una fractura y consensuó sostener la conducción del triunvirato, al menos hasta mayo próximo, cuando estén definidas las principales paritarias.

Lo resolvieron los máximos referentes de la central obrera en una reunión de la «mesa chica» y los ex secretarios generales Hugo Moyano y Luis Barrionuevo (regresaron a éstas reuniones después de meses), que se realizó en la sede de la Uocra, aunque con la sugestiva ausencia de los «gordos».

Del encuentro participaron, además de Moyano y Barrionuevo, los triunviros Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña; los «independientes» Gerárdo Martínez y Andrés Rodríguez y los representantes de gremios del transporte Omar Maturano y Roberto Fernández.

«Resolvieron evitar una fractura. Se sostiene la conducción tripartita por lo menos hasta mayo del año que viene cuando ya estén encaminadas algunas paritarias», informaron voceros de la central obrera a la prensa.

Hubo cuatro invitados que finalmente no concurrieron por distintos motivos: El triunviro Héctor Daer, el referente de los «gordos», Armando Cavalieri, el «independiente» José Luis Lingeri y el ex secretario general de la CGT Antonio Caló.

Pese a la resolución a favor de mantener la unidad, los faltazos que más ruido hicieron fueron los de los gordos Héctor Daer y Cavalieri, sector que no tuvo ningún dirigente en el encuentro y que históricamente mantuvo roces con Hugo Moyano.

«Daer estuvo representando por los otros dos triunviros», comunicaron desde el entorno del referente de Sanidad buscando restar importancia a su ausencia, pero lo cierto es que hay quienes dicen que el ex diputado no ve con buenos ojos los movimientos de Moyano y de Barrionuevo.

Por su parte, el secretario general de la Uom y ex jefe cegetista, Antonio Caló, tampoco concurrió en línea con la movida del dirigente de su gremio Francisco «el Barba» Gutiérrez de abandonar su cargo en el Consejo Directivo de la central con críticas al triunvirato.

No obstante, antes de la reunión el veterano gremialista se comunicó con Acuña y lo notificó sobre el comunicado que emitieron los metalúrgicos durante la jornada, en el que aclararon que dejarán vacante la Secretaría del Interior pero seguirán siendo afiliados a la CGT.

En tanto, Lingeri apuntó duro contra el paro -con poca adhesión- que lanzó la semana pasada el triunvirato y, enojado, los días posteriores se ausentó de todas las reuniones que hubo.

La cumbre que sirvió como una suerte de «comité de crisis» se terminó de gestar el domingo a la noche, cuando el anfitrión Martínez recibió una llamada de Barrionuevo para tratar de contener una posible fractura de la CGT y luego el jefe de la Uocra se comunicó con Hugo Moyano para sumarlo.

A su vez, el moyanismo pasó gran parte del año amagando con una ruptura en disidencia con la postura más negociadora con la Casa Rosada de los independientes y los gordos, y hasta llegó a rechazar la reforma laboral que el triunvirato negoció con el Gobierno, alineándose con sectores sindicales ajenos a la CGT, como las CTA.