Crece la expectativa para los 33 trabajadores despedidos de las plantas de Cargill ubicadas en Villa Gobernador Gálvez, Punta Álvear y Bahía Blanca.

Tras meses de conflicto e incertidumbre, la huelga nacional anunciada ayer por la Federación Aceitera hoy finalmente está en un impasse, supeditada a los resultados que se obtengan de la reunión entre las partes en el Ministerio de Trabajo de la Nación.

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Matías Moyano delegado de Cargill habló con Conclusión y señaló que “hasta el momento la situación no cambió. Estamos en estado de alerta porque hay anunciado un paro nacional que quedó en suspenso porque se convocó a una reunión en el Ministerio de Trabajo nacional y estamos a la expectativa de lo que pueda surgir, para ver si arrancamos la medida o no”.

“De Cargill no podemos esperar nada, está totalmente obsesionado con despedirnos y que esto termine como ellos quieren”, dijo resignado pero no descartó la idea de que “hay otras empresas que no tienen ganas de sufrir una huelga que no les corresponde, y eso puede ser positivo para los trabajadores, porque las otras empresas tienen que aguantarse este problema por la prepotencia de Cargill”.

Consultado sobre las expectativas Moyano no fue muy optimista: “Esperamos que Cargill entre en razón, pero lamentablemente nunca lo hizo. Desde el primer día hasta hoy lo único que ofreció fueron 44 retiros voluntarios, de los cuales se aceptaron 11, o sea que quedan 33 trabajadores despedidos arbitrariamente”.

“A la empresa nunca le importó negociar y lo único que hizo fue amedrentar a los trabajadores. Cargill está atacando a todo el movimiento obrero”, disparó.

Por último destacó que “vamos a seguir hasta las últimas consecuencias porque es completamente injusto, es una patronal prepotente que quiso hacerse una reforma laboral a su medida sin que haya salido todavía”.