Por Santiago Fraga

Este jueves 8 de junio se realizó en Capital Federal la segunda movilización nacional de los trabajadores de prensa, bajo las mismas consignas que desde hace más de un año los tiene en lucha y en reclamo por unos 2.500 casos de despidos en el territorio argentino.

Gremios de todo el país nucleados en la Fatpren –sindicatos de prensa dentro de la CGT- y la Fetracom –CTA-, marcharon desde las 14 desde el Obelisco hasta el Ministerio de Trabajo de la Nación.

En diálogo con Conclusión, Juan Pablo Sarkissian, secretario de Interior del Sindicato de Prensa de Rosario, detalló que en esta segunda marcha se repitió el mismo esquema que en la histórica realizada en 2016, realizándose un día después del Día del Periodista -#8J- para que cada gremio de cada territorio pueda hacer sus actividades y no se vea alterada la lógica de cada uno.

“Las consignas son las de siempre y un poco más oscuras o agravadas que el año pasado. El año pasado denunciábamos que teníamos cerca de 1.800 despidos a nivel nacional, y hoy la denuncia es que ya tenemos 2.500 despidos a nivel nacional, de los que un 60 o 70% se radica en provincia de Buenos Aires y Capital Federal, ya que allí están las grandes empresas de medios de comunicación”, describió Sarkissian a este medio, agregando además el reclamo en contra de los despidos, a favor de paritarias libres y contra la precarización laboral y la multifunción.

Respecto de la situación de Rosario, el integrante del Sindicato de Prensa a nivel local aseguró que se da más “por goteo”, ya que “se va perdiendo personal todos los meses  o cada tanto”, que “vegetativamente se retira de las empresas y esos puestos no son recuperados”.  En ese sentido el salto tecnológico y la polifunción también generan inconvenientes.

Desde un punto más estadístico, en estos últimos dos años en Rosario hay varios casos de pérdidas de fuentes de trabajo.

“Tenés El Ciudadano que cerró –ahora es un proceso cooperativo- donde trabajaban 85 compañeros. También en la ciudad funcionaba El Argentino, de Szpolski y Garfunkel, donde trabajaban 14 compañeros y se cerró -cobrando indemnizaciones en todos los casos- dejando de salir. Se cerró la agencia de Ámbito Financiero donde trabajaban 12 compañeros y la planta impresora donde se editaba El Ciudadano, que si bien son gráficos los contabilizábamos en el sentido amplio de la comunicación, donde había 8 trabajadores. Ahí sólo ya tenés 119 trabajadores que por distintas razones han perdido su fuente de trabajo”, detalló a Conclusión.

Finalmente, al ser consultado Sarkissian sobre si en algún momento entre la marcha del año pasado y esta habían recibido algún contacto de parte del Ministerio de Trabajo nacional, sostuvo que no se dio “bajo ningún concepto”.

“Ni siquiera nos atiende un secretario o alguien como para dar alguna respuesta. Los gremios del interior focalizan algunas actividades a través de los ministerios de trabajo provinciales, que en general tienen otra actitud a partir de la región. El foco fundamental está en Capital Federal y provincia de Buenos Aires. De cualquier modo, esa actitud negativa también repercute a los gremios del interior porque los acuerdos salariales son nacionales y se firman en el marco del ministerio de trabajo de la nación. Eso nos genera dificultades porque a veces no te aceptan las pautas paritarias que estás planteando aún si avanzas con las empresas, porque el ministerio no ayuda para que esa pauta prospere y las empresas se retraen, cayéndose la pauta”, concluyó.

Foto: @marinabutron