Se cumple hoy un nuevo aniversario del episodio policial que terminó con la vida del maestro Carlos Fuentealba, en cercanías de la localidad sureña de Arroyito.

Ese día, 4 de abril de 2007, y en el marco de una huelga del sindicato docente ATEN, perteneciente a la CTERA, se decidió hacer un corte de la ruta 22 a la altura de Arroyito, provincia de Neuquén, como medida de protesta.

La decisión fue tomada en asamblea por la mayoría de los afiliados al sindicato. Fuentealba no compartía la decisión de hacerla en ese lugar porque lo consideraba peligroso, pero accedió a la voluntad de la mayoría.

La policía provincial recibió la orden del entonces gobernador, Jorge Sobisch, de impedir que los manifestantes cortaran la ruta, para garantizar el libre tránsito en la misma.

Al llegar al lugar y antes de que se efectivizara el corte de ruta, los docentes fueron desalojados con balas de goma, gases lacrimógenos, bombas de pintura y un carro hidrante en dos ocasiones. Muchos se refugiaron en una estación de servicio cercana y otros eran perseguidos por policías a pesar de haberse retirado de la ruta.

Tras una conversación entre dirigentes y policías en la estación de servicio, se detuvo el accionar policial y los docentes se retiraron en grupo, a pie y en autos, hacia la ciudad de Senillosa, escoltados por camionetas policiales.

Pero luego, sin aviso, las camionetas policiales se adelantaron a la caravana, encerrándola y reanudaron el uso de la fuerza.

Fuentealba se encontraba en el asiento trasero de un Fiat 147 que se retiraba del lugar, cuando un policía, de nombre José Darío Poblete, integrante del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP) de Zapala, disparó una granada de gas lacrimógeno hacia el auto, que se encontraba a unos 2 metros de distancia. El cartucho de gas lacrimógeno atravesó el vidrio del vehículo e impactó en la nuca de Fuentealba, causándole un hundimiento de cráneo. En el hospital provincial fue sometido a dos operaciones y finalmente murió al día siguiente.

El 4 de junio de 2008 comenzó el juicio oral contra el policía Poblete. La Cámara en lo Criminal Primera lo encontró responsable de «homicidio calificado, por haber sido cometido por un miembro integrante de las fuerzas policiales abusando de su función, con la agravante de haber sido cometido con violencia mediante el empleo de un arma de fuego, agravado por alevosía, en concurso ideal» y fue condenado a prisión perpetua.

Sin embargo, en junio de 2012, un reportero gráfico de Zapala lo encontró en la calle, caminando por esa ciudad patagónica, sin esposas y apenas custodiado por un enfermero. “Fue un error administrativo”, fue la justificación emanada de la Unidad de Detención de Neuquén.