Por Alejandro Maidana

En nuestro país cuando hablamos de campos de concentración, desaparecidos, borramiento de identidades y fusilamientos de gente que ya estaba cautiva, el ideario argentino inmediatamente nos conduce a la última dictadura militar. Y si bien estas deleznables prácticas fueron concretadas por el último golpe, el Estado argentino cuenta en su haber con muchas otras que de maneras solapadas o negadas, apelaron a la desmemoria para no cargar o tener que dar explicaciones sobre las mismas.

En octubre de 1947 cientos de personas se habían reunido en La Bomba –centro oeste de la actual provincia de Formosa–, en torno a un sanador pilagá llamado Tonkiet y transformaron el paraje en un espacio de resistencia política y religiosa. Aquella multitudinaria manifestación no fue tolerada por el poder estatal y el 10 de octubre, luego de varias advertencias y amenazas, la Gendarmería Nacional inició una sangrienta represión que duraría varias semanas. Los grupos que huyeron fueron perseguidos por el monte y capturados. Ocurrieron fusilamientos, los cuerpos fueron incinerados y el silencio cubrió las huellas de la violencia hasta hacerlas desaparecer de la historia.

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“Octubre Pilagá”, memorias y archivos de la masacre de La Bomba, es una investigación en la que la memoria y el olvido dialogan con imágenes y archivos de una de las más grandes y ocultas masacres ocurridas en nuestro país, bajo el gobierno de Juan Domingo Perón. Valeria Mapelman fue la directora y guionista de esta obra anclada en una crucial investigación, que en definitiva sería de vital importancia para la Justicia a la hora de fallar sobre el caso.

Hace más de veinte años, los sobrevivientes de la masacre de La Bomba se organizaron para crear la Federación de Comunidades del Pueblo Pilagá. Las dificultades fueron muchas para obtener una personería jurídica que reconociera a una organización integrada por veinte comunidades.

Uno de los objetivos era dar a conocer los trágicos sucesos que terminaron en la desaparición, tortura y reducción en colonias estatales de decenas de familias pilagá en 1947. Muchos ancianos y ancianas que hoy ya no están dieron su testimonio doloroso. Relataron como escaparon de las balas día y noche, durante varias semanas, sin agua, comida, calzado ni ropa. “Nuestra Federación ha realizado cada año, actos conmemorativos con la participación de referentes de distintos pueblos y colaboradores comprometidos con nuestra lucha. Inauguramos un pequeño museo y en la comunidad Oñedie emplazamos el Memorial de la Masacre”, sostuvieron desde la entidad.

 

Un camino impulsado por la dignidad, atravesado por la resiliencia y la memoria de aquellos que hoy no están, pero que han sembrado un terreno fértil que sigue rebrotando de manera sostenida. “Entre 2010 y 2019 los testimonios de nuestros padres y madres fueron valorados como prueba. Se inició una causa penal contra el ex gendarme y juez Leandro Santos Costas por la desaparición forzada de 15 personas y se logró el procesamiento del ex piloto de la Fuerza Aérea, Carlos Smachetti, por crímenes de lesa humanidad en el marco de un genocidio. En esta etapa queremos destacar el impulso dado a la causa por la Liga por los Derechos del Hombre.

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En el juicio civil, la sentencia de primera instancia del juez Fernando Carbajal impuso al Estado una reparación simbólica y económica que fue insuficiente, además de que la masacre fue calificada como delito de lesa humanidad, por lo que la Federación decidió apelar por entender que se trató de un genocidio. “En esta instancia contamos con instituciones y amigos que presentaron un amicus curiae, reforzando así nuestro pensamiento. Por ello, agradecemos a Serpaj, APDH La Matanza Asociación Ex Detenidos Desaparecidos, La Gremial de Abogados, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena”.

En marzo de 2020 se obtuvo una nueva sentencia dictada por la Cámara de Apelaciones de Resistencia, Chaco, que calificó la masacre como un crimen de genocidio. Si bien es preciso destacar que no hubo cambios en torno a las reparaciones económicas, por lo que hoy el expediente se encuentra en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a la espera de una sentencia justa, equitativa y no discriminatoria. “En todas las instancias el Estado argentino ha apelado contra la Federación negando su responsabilidad y alegando la prescripción de la causa. A 73 años de la Masacre de La Bomba, continuamos nuestra lucha con la esperanza de que crímenes como el que nuestro pueblo sufrió en 1947 no se repitan. Creemos en el valor de la Memoria, la Verdad y la Justicia para el pueblo pilagá y todos los pueblos hermanos que han sufrido y siguen sufriendo como nosotros la violencia del Estado argentino”, sostuvieron.

Lamentablemente vemos mucha indiferencia en los medios de comunicación, en donde la complicidad con el Estado es muy grande.

Con la intención de hacer extensivo el humano reclamo del pueblo pilagá, Conclusión pudo acceder a la palabra de Noolé Cipriana Palomo, representante del Consejo de mujeres de la Federación. “Quiero destacar que la Federación está conformada por un Triunvirato, ya que somos tres las cabezas, los presidentes de los jóvenes y ancianos, y la de las mujeres como es mi caso. Para nosotros este 10 de octubre es un día de luto y de silencio, lamentablemente vemos mucha indiferencia en los medios de comunicación, en donde la complicidad con el Estado es muy grande”.

Aquello que jamás silenciaron los ancianos, hoy es tomado como estandarte por hijos y nietos de un Pueblo que sigue de pie. “Desde nuestro lugar, es decir, de 1947 y hasta hace unos 15 años, los abuelos y abuelas pilagá de distintas comunidades, han denunciado el genocidio, una matanza de hermanas y hermanos de nuestra etnia. Para la Federación después de tantos años de insistencia y voces silenciadas, consideramos histórico el fallo de la justicia entorno a la masacre de Rincón Bomba, primero en el fallo Federal, y luego en el juzgado Federal de Resistencia que terminó desembocando en el de Buenos Aires. Es un camino muy largo este de tratar de avanzar y  conseguir justicia, muchos ancianos han fallecido intentando hasta sus últimos días conseguir ser escuchados, dejaron de existir buscando ser resarcidos después de ese brutal genocidio que tanto afectó en sus vidas”.

Estamos transitando otro genocidio, uno silencioso: el de la falta de agua, acceso a salud, a los títulos de propiedad de tierras, las quemas en los montes, algo que empuja a que nuestros alimentos vayan desapareciendo.

Un exterminio silencioso, ese que se ejecuta desde el propio Estado, y se ramifica en las distintas comunidades de pueblos preexistentes al mismo.  “Vemos que estamos transitando otro genocidio, uno silencioso, el de la falta de agua, acceso a salud, a los títulos de propiedad de tierras, las quemas en los montes, algo que empuja a que nuestros alimentos vayan desapareciendo. Es el Estado quien nos abandona, pero es preciso destacar que la Federación pilagá es una Federación que agrupa a 20 comunidades, y es quién lleva adelante a duras penas este juicio que se hace muy cuesta arriba debido a la falta de dinero, agravado por la pandemia. Hoy estaremos conmemorando la «Masacre de Rincón Bomba» en el monolito de Las Lomitas, sobre la ruta 28. Solicitamos  la «NO REPETICIÓN» de los crímenes de Genocidio contra los pueblos originarios de Argentina”, concluyó Noolé Cipriana Palomo.

Fallo de primera instancia (2019)