El Ministerio de Salud de la Nación alertó sobre el aumento de casos de streptococcus pyogenes, una bacteria gram-positiva que es la causa bacteriana más frecuente de la faringitis aguda acompañada, entre otras, de infecciones cutáneas como impétigo, celulitis y escarlatina. Desde la cartera sanitaria confirmaron 118 casos graves en lo que va del año y 16 fallecidos.

Las provincias con mayor cantidad de casos confirmados acumulados en 2023 son Buenos Aires con 35, Santa Fe con 20, y Chubut y Tierra del Fuego con diez, respectivamente. Los números muestran un aumento del 280 por ciento en relación al mismo semestre de 2019.

“Es importante esta alerta para la comunidad médica por el incremento de casos de streptococcus pyogenes causando infecciones invasivas. Ya la conocemos, es una bacteria que se transmite de persona a persona y que suele causar faringitis con placas propia de los niños, adolescentes y que se da más bien en primavera”, señaló a Conclusión Carolina Subirá, infectóloga y epidemióloga especialista en prevención y control de infecciones.

Desde diciembre de 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informaron sobre este incremento de circulación de pyógenes, que no se dio solo en Uruguay, sino también en Argentina, dijo la especialista.

Recomendaciones para la población

Subirá recomendó a la población que, ante cualquier síntoma, “no automedicarse, hacer la consulta a un médico de cabecera o al pediatra o acercarse a la guardia para que los profesionales puedan darle un tratamiento que se debe cumplir en su totalidad”.

Al ser consultada sobre los efectos que dejó la pandemia con respecto a las enfermedades, Subirá respondió: “Es para seguir siendo conscientes de cada una de las actividades que realizamos y del riesgo al que estamos expuestos. Estamos en época invernal, hay gran circulación de virosis respiratoria. La semana pasada tuvimos una gran cantidad de pacientes pediátricos y en neonatología con bronquiolitis”.

También hizo hincapié que actualmente “hay plena circulación de influenza y con ella también de covid”, por lo cual recordó que “para esas dos hay vacunas y es muy importante que se coloquen la dosis correspondiente, en especial si pasaron seis meses desde la última aplicación.

“Para mayores de 52 años con enfermedades de base también se recomienda colocarse una dosis antigripal”, dijo Subirá.

No todo streptococcus pyogenes es mortal

“Hay que tener en cuenta lo que son infecciones invasivas: son infecciones por esos mismos agentes, pero que generan una infección profunda de la piel y, que a partir de ese foco inicial de faringitis el paciente haga una invasión en el torrente sanguíneo con una asepsia”, explicó a Conclusión Matías Lahhíte, infectólogo y Coordinador de Epidemiologia de la Secretaría de Salud Municipal.

No obstante, Lahhíte aclaró que el hecho de que se produzca un fallecimiento por streptococcus pyógenes no es habitual, sino que “se tienen que dar unas condiciones en el paciente como ser inmunodeprimido o sensible”, o bien “lo que se dio en los registros nacionales que el grupo etario que más riesgo tiene es el de los niños menores de 10 años”.

Otro punto que destacó Lahhíte es que se tomaron muestras de las personas fallecidas y se enviaron al Instituto Malbrán para sus correspondientes estudios que arrojaron que “la bacteria no era más virulenta, sino que era igual a los linajes de años anteriores”.

Al igual que Subirá, el especialista dijo que se debe estar atento y acudir a un profesional ya que en época invernal un 95 por ciento de las enfermedades son virales: “Por ejemplo, la faringitis bacteriana tiene un cuadro hiper agudo, seco y con fiebre muy alta sin tos y los pacientes no se dan cuenta de la causa de la fiebre hasta que van al médico, refieren un dolor fuerte en el cuello en donde están los ganglios y cuando el profesional revisa la garganta se encuentra con las placas”.

“Hay test disponibles y es una bacteria sensible a antibióticos derivados de la penicilina, pero no usarlo cuando no corresponde y diferenciar entre lo virósico y lo bacteriano”, concluyó Lahhíte.

El comunicado del Ministerio de Salud de la Nación

El ministerio de Salud de la Nación viene realizando la vigilancia de este evento desde 2018. Streptococcus pyogenes es una bacteria Gram-positiva y es la causa bacteriana más frecuente de faringitis aguda e infecciones cutáneas como impétigo, celulitis y escarlatina.

Durante 2023 se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) 118 casos confirmados de infección invasiva por Streptococcus Pyogenes en todo el país, de los cuales 16 fallecieron. Las provincias con mayor cantidad de casos confirmados acumulados en 2023 son Buenos Aires (35), Santa Fe (20), Chubut (10) y Tierra del Fuego (10).

En relación a los casos confirmados de infección invasiva por Streptococcus pyogenes en los años anteriores (2019-2022), el mayor número de casos se había registrado en 2022 (año cerrado) con 75 casos reportados. El número de casos de 2023 representa un aumento del 281% respecto al mismo período de 2019.

Cabe destacar que esto sucede en el contexto internacional en el cual el 8 de diciembre de 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que al menos cinco Estados miembros de la región europea (Francia, Irlanda, los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte) habían reportado un aumento en el número de casos de enfermedad invasiva por estreptococo del grupo A (Streptococcus pyogenes) y el 19 de diciembre de 2022 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) también emitió un comunicado debido a un aumento de casos registrado en Uruguay.

Como se ha mencionado, el Streptococcus pyogenes, también conocido como Streptococcus del grupo A, comúnmente causa enfermedades leves como amigdalitis, faringitis, impétigo, celulitis y escarlatina. Sin embargo, en raras ocasiones, la infección puede conducir a la enfermedad invasiva que puede provocar condiciones potencialmente mortales siendo responsable de más de 500.000 muertes anuales en todo el mundo.

La transmisión ocurre por contacto cercano con una persona infectada y puede transmitirse a través de la tos, los estornudos o el contacto con una herida.

El período de incubación para la enfermedad varía de acuerdo a la presentación clínica, entre 1 a 3 días. El tratamiento de las personas infectadas con antibiótico durante por lo menos 24 horas elimina por lo general su capacidad de propagación.

La faringitis se diagnostica mediante cultivos bacterianos y se trata con antibióticos. La higiene de las manos y la higiene personal pueden ayudar a controlar la transmisión.

Por lo expuesto el ministerio de Salud de la Nación emite las siguientes recomendaciones a la población.

Los síntomas de la faringitis son dolor de garganta; fiebre; cefaleas; dolor abdominal; náuseas y vómitos; enrojecimiento de faringe y amígdalas; mal aliento; ganglios aumentados de tamaño en el cuello.

En lo referido a la escarlatina los síntomas más frecuentes son garganta roja y adolorida; fiebre (38.3 °C o más); erupción color rojo con textura de papel de lija; piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle; recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta; lengua «aframbuesada”; dolor de cabeza; náuseas o vómitos; inflamación de los ganglios; dolores en el cuerpo.

Ante la presencia de algunos de estos síntomas es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica para tener diagnóstico oportuno.

En el caso de recibir indicación médica de tratamiento antibiótico, es fundamental completar el esquema (no acortar ni abandonar los tratamientos anticipadamente), ya que la utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana, hecho que atenta contra su efectividad en el futuro.

Las personas enfermas deben evitar concurrir a lugares públicos (trabajo, escuela) y restringir los contactos hogareños. Además es de importancia lavarse las manos frecuentemente; no compartir objetos de uso personal (cubiertos, vasos, toallas, entre otros) y ventilar adecuadamente y de forma regular los ambientes.

Por último, la cartera sanitaria nacional recuerda adicionalmente que todas las personas deben tener al día la vacunación antigripal y contra COVID-19, muy especialmente aquellas que presentan factores de riesgo.

De esta manera deben recibir la vacuna contra la gripe o influenza las personas gestantes en cualquier trimestre de la gestación (en caso de no haberse vacunado durante el embarazo, la madre debe hacerlo dentro de los 10 días posteriores al parto); niños y niñas de 6 a 24 meses, a quienes hay que brindarles 2 dosis separadas por al menos 4 semanas si no hubieran recibido anteriormente dos dosis de vacuna antigripal (aquellos que sí cuentan con al menos dos dosis de vacuna antigripal, deberán recibir solo una dosis).

También tienen prescripción de vacunación los grupos de riesgo: personas de 2 a 64 años que presenten ciertas condiciones como enfermedades respiratorias y cardíacas; diabéticos; inmunodeficiencias congénitas o adquiridas (no oncohematológica); personas con obesidad pacientes oncohematológicos y trasplantados; convivientes de enfermos oncohematológicos; personas con insuficiencia renal crónica en diálisis o con expectativas de ingresar a diálisis en los siguientes seis meses; personas con retraso madurativo grave en menores de 18 años de edad; quienes mantienen tratamiento crónico con ácido acetilsalicílico siendo menores de 18 años; personas con síndromes genéticos; con enfermedades neuromusculares con compromiso respiratorio y malformaciones congénitas graves y convivientes de prematuros menores de 1.500 g, entre otros. Todos los antedichos, para recibir la vacuna de manera gratuita sólo deben presentar orden médica (excepto las personas con obesidad, a quienes no se les requiere).

En tanto, contra COVID-19 deben recibir esquema primario y dosis de refuerzo cada 6 meses personas con alto riesgo de enfermedad grave y complicaciones, es decir personas de 50 años o mayores; personas con inmunocompromiso y personas gestantes. Por su parte, deberán recibir el esquema primario, una dosis de refuerzo a los seis meses y luego una dosis de refuerzo anual las personas con riesgo intermedio, o sea menores de 50 años con comorbilidades no inmunosupresoras (enfermedades crónicas y obesidad); personal de salud y personal estratégico. Finalmente, recibirán un esquema primario completo y un refuerzo anual quienes presentan bajo riesgo, esto es personas menores de 50 años sin comorbilidades.