La agrupación Abuelas de Plaza de Mayo cumplió 45 años. Con motivo de ello, se lanzó en la ciudad la campaña «Identidad en lucha», con el objetivo principal de trabajar junto a gremios, sindicatos, movimientos estudiantiles y ciudadanía en general en base a dos ejes: identidad y memoria.

En ese marco Conclusión habló con Irene Strauss, encargada del área de Educación de Abuelas de Plaza de Mayo quien resaltó: “Abuelas siempre trabajó en la construcción de consensos. Desde el día cero la idea fue que la búsqueda no sea individual, sino colectiva. Que cada una deje de buscar a su nieto o nieta para buscar a los nietos de todos. Y esto se tradujo en la vinculación con otros actores”.

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“Esta capacitación es dentro de esa misma tónica, sumarse a la lucha de otros colectivos que aunque parezcan luchas separadas son luchas por lo mismo: conseguir un mundo donde se pueda vivir mejor y donde haya más justicia social”, expresó convencida.

En ese sentido Strauss reconoció que “hoy Abuelas ya es un símbolo de derechos, ya se sabe cuál es su lucha y está instalada, pero muchas veces se conoce sólo la espuma de la historia. Entonces la idea es poder profundizar sobre todas las luchas que Abuelas fue enfrentando y las herramientas que utilizó para entregarla a las siguientes generaciones; y para que los logros, las reflexiones, los problemas que se fueron atravesando puedan ser transmisibles en forma de legado”.

“El legado de las Abuelas no está pensado como mandato sino como legado: dejar el espíritu de la lucha, escuchar a las nuevas generaciones y que ellas determinen el cómo”, enfatizó.

El rol de los sindicatos

Consultada por la idea de llevar la campaña a los distintos sindicatos de la ciudad, Strauss explicó que “los nietos que todavía estamos buscando, que son la gran mayoría padres, implica contactar a más de una sola generación. Sería la generación que está alrededor de los 45 años que son los nietos que estamos buscando, y las nuevas generaciones que pueden ser nuestros bisnietos. Entonces Abuelas tiene que estar en todos lados, abarcando todas las generaciones. Por eso los sindicatos tienen la diversidad gigante a nivel etario y de todo tipo de profesiones y ocupaciones, por lo tanto es un lugar muy propicio para que se entere de la lucha, la puede difundir, y que pase a ser un actor de acompañamiento de la lucha”.

Abuelas y educación: haciendo historia

“Las abuelas arrancaron yendo ellas mismas a las escuelas pero siempre era muy difícil cubrir toda la geografía y se hizo necesario lograr una sistematización del trabajo para poder llegar a todos los espacios educativos y es ahí donde el área de Educación se toma el trabajo de sistematizar todo lo que es educar en identidad y derechos humanos, en general vinculándose con otros actores que ya estén en el ámbito educativo”, recordó memorizando los primeros pasos de Abuelas en el campo educativo.

Tras años de “tracción a sangre”, hoy la “maquina” ya está aceitada, y directamente realizan capacitaciones docentes focalizándose en tres objetivos principales. “El primero es la formación del docente en sí para que conozca la historia de Abuelas y para que dentro de la escuela garantice el Nunca Más. Como número dos, teniendo en cuenta que los niños son resonadores en sus casas de lo que trabajan en la escuela, a través de ellos les hablamos a esos adultos que son los posibles nietos y nietas. Y por último, acompañar a los nietos restituidos y a sus hijos a transitar la historia; no como algo excepcional, sino como algo que en la escuela también se habla y que los demás comparten, hay un acompañamiento de la comunidad educativa”, describió Strauss su trabajo.

No obstante, contó que tienen por delante una tarea compleja ya que “hay una población muy empática con los derechos humanos pero su formación está signada por un conjunto de estereotipos y sentidos comunes construidos desde los medios». «Entonces con la mejor de las voluntades, se ve repetir la teoría de los dos demonios, o aquella de que las personas desaparecidas no eran inocentes. Esto de algún modo encierra, sin darnos cuenta, la criminalización de la militancia. Es como que aquellos que eventualmente sí militaban no eran tan inocentes como aquellos que no lo hacían. Entonces hay una confusión en la gente con empatía”.

“El problema que tenemos en la educación de derechos humanos es que la gran mayoría de las personas tenemos una formación basada en el sentido común. Y ese sentido común se construye históricamente a través de los medios, y hoy, más que nada, a través de las redes sociales, que por lo general, no están medidas por personas que tienen una reflexión un poco más allá de la espuma. El objetivo es poder sumergirnos, hacernos preguntas más complejas para entender dónde pararnos y poder deconstruir algunos discursos”, manifestó.

Ante estas situaciones, Strauss consideró que “la única forma es gota a gota, no parar. Dar una capacitación y otra, y otra. Es la formación permanente. Construir lleva mucho más tiempo y trabajo que destruir; por cada paso que se retrocede sabemos que tenemos que dar tres, pero para eso estamos”.

Abuelas y juventudes, un legado que se traslada

Antes de finalizar la entrevista, Strauss reflexionó sobre las juventudes de hoy y a diferencia de lo que muchas veces se piensa, se mostró optimista y esperanzada. “Hechos como la marea verde dan cuenta de que la juventud está totalmente dispuesta a ocupar el espacio público para causas que le parecen justas”.

Pero en seguida aclaró: “Si convocas a la juventud desde un discurso de mandato, no te va a escuchar. Tiene que ver con la confianza y la no subestimación de las generaciones. Si uno se para en su generación como si fuese la generación dorada y piensa que la que viene no va a saber hacer las cosas, entonces probablemente solo encuentres la parte del deterioro, pero si confías, vas a aprender”.

“La pregunta es ¿qué miras cuando mirás la juventud y qué magnificas de eso que mirás? Siento que nuestra generación le dejó a la generación venidera demasiadas responsabilidades. La nueva generación tiene que sostener resistencia contra las derechas destructivas, arreglar el planeta, seguir conquistando derechos y conservar la conquista de derechos logrados”, cerró.