Todas las semanas Gisela Gentile y Alejandro Maidana llevan adelante a través de Conclusión, un ciclo que busca acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En esta oportunidad la invitada fue Mónica Polidoro, presidenta de AMRAF (Asociación de Mujeres Rurales Argentinas Federal), quien profundizó sobre la necesidad existente de contar con políticas públicas para el sector de la agricultura familiar y campesina. Un intercambio que persiguió aportar claridad a un debate que suele ser monopolizado por el sector más poderoso del campo.

 

Mientras el sector concentrado de poder económico volvió a mostrar sus dientes en pleno auge de exportaciones, la puja distributiva escribe un nuevo capítulo en un país que se divide entre privilegiados y magos de la sobrevivencia. En ese sentido, las empresas del sector agroexportador liquidaron en el mes de marzo 2.984 millones de dólares que significaron el mejor marzo de los registros de los últimos 20 años. Cabe destacar que, para este año, la Bolsa de Comercio de Rosario prevé que ingresen unos 38.600 millones de dólares en concepto de liquidación de divisas por las exportaciones de soja, trigo, maíz y girasol.

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Mientras la concentración de tierras y producción no cesa, la agricultura familiar sobrevive a la falta de políticas públicas. El otro campo toma la palabra y no duda a la hora de definirse como la solución a los problemas que atraviesa la sociedad argentina en torno al acceso de los alimentos. En la provincia de Santa Fe hay 2.044 propietarios que concentran casi el 60% de las tierras. Esto quiere decir que, en una provincia en la que viven 3 millones y medio de personas, el 0,06% es dueño del 60% de las tierras.

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Sobre la importancia del otro campo, del que alimenta y sobrevive a los continuos embates del latifundio y la falta de políticas públicas, Mónica Polidoro sostuvo: “Venimos insistiendo hace mucho tiempo con el valor agregado en origen, tenemos la certeza y convicción de que esa es la salida. Pero para eso necesitamos una intervención del estado para acompañar a la agricultura familiar, a la producción en pequeña escala, que es la que permitiría acercar los alimentos desde los territorios. Escuchamos a los economistas hablar de crecimiento, y si bien nadie duda de eso, debemos preguntarnos en quienes impacta, y la respuesta es concreta, en solo un puñado de familias que concentran la producción. Nosotros bregamos por el crecimiento y desarrollo con impacto local”.